La baja de la tasa de interés del Banco Central, que ocurrió a mediados de mayo pasado, terminó por marcar un antes y un después en el humor de los mercados. El recorte fue más brusco del esperado, una decisión que terminó por desanclar las expectativas de los inversores, que perdieron el incentivo por quedarse en pesos. Desde entonces, los dólares libres cotizaron al alza y los activos financieros se tiñeron de rojo, una tendencia que se profundizó en las últimas semanas tras el aumento del ruido político en el Congreso.
“Hoy, en retrospectiva, la excesiva baja de tasas fue un error”, dijo Fernando Camusso, director de Rafaela Capital. Un mes atrás, con el objetivo de limpiar el balance del Banco Central, se recortó la tasa de interés de política monetaria al 40% nominal anual (TNA). En consecuencia, los bancos adecuaron el rendimiento de los plazos fijos a la baja, al 30% anual (2,5% mensual). Eso afectó también a los fondos comunes de inversión money market, que hoy ofrecen una tasa similar, y obligó a los inversores a reacomodar su cartera hacia otros instrumentos que paguen más.
“Desde que asumió el ministro de Economía, Luis Caputo, priorizó la limpieza del balance del Banco Central. Para eso, necesitaba una tasa de interés a la baja, que fue lo que hizo en los últimos meses. ¿Por qué funcionaba? Porque con tipo de cambio y brecha controlada, el mercado apostaba por el carry trade. Es decir, la tasa en dólares que se logra al devengar la tasa en pesos con dólar planchado. Paralelamente, con fuerte ajuste fiscal, había doble ancla fiscal-monetaria. Pero todo tiene un límite: en este caso, que se baje demasiado la tasa o se recorte muy rápido, que es lo que sucedió. Se perdió el ancla monetaria del programa económico, el carry trade se cerró y hubo una fuerte dolarización”, agregó Camusso.
Para Salvador Vitelli, head of research de Romano Group, la “premura” de la baja de tasas de interés fue el puntapié inicial de las turbulencias que atraviesa el mercado aún hoy. Sin embargo, a ese escenario también se le agregaron una sucesión de eventos políticos que terminaron por definir la volatilidad de dólares y activos financieros. Primero, mencionó la falta de acuerdos para asegurar la aprobación definitiva de la ley Bases, la cual sufrió varias modificaciones con respecto a su redacción original. Segundo, la media sanción en Diputados de una nueva fórmula jubilatoria, con una recomposición en los ingresos equivalente al 0,45% del PBI.
Así, desde mediado de mayo pasado, tanto el blue como los dólares financieros acumularon un avance del 22% y encontraron un nuevo piso en torno a los $1300. El riesgo país subió 246 puntos básicos (19,7%), hasta alcanzar el valor más alto de los últimos tres meses, luego de que los bonos soberanos de deuda acumularan caídas de hasta 13%.
“¿El punto de inflexión? Ex post podríamos identificarlo en el 14 de mayo, el día en el que el BCRA decidió podar la tasa de pases de 50% a 40% TNA e incentivar aún más la migración de los bancos hacia Lecap (Letras del Tesoro Capitalizables en Pesos). De todas formas, varios factores habrían influido en el cambio de humor de mercado, como la creciente dificultad para aprobar las reformas en el Congreso, y banderas rojas en algunas variables sensibles de la macroeconomía”, coincidió Nery Persichini, economista de GMA Capital.
La receta para anclar expectativas
Para Camusso, el Gobierno ahora tiene por delante el desafío de recalibrar las expectativas del mercado, una tarea que consideró que no es tan fácil como volver a subir la tasa de interés a los niveles en que se encontraba un mes atrás. “Quien dolarizó, no decide rápido darse vuelta. Es un mercado que se fue al dólar y tomó ganancias. Ahora sí comienzan a pesar los factores exógenos, que antes no estaban fuertes”, acotó.
Lo que suceda con la Ley Bases esta semana en el Senado, las liquidaciones de los agroexportadores, las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los pagos de vencimiento de deuda podrían marcar el humor del mercado en las próximas semanas.
“Los inversores están dolarizados, ahora espera muchas más cosas que en los meses anteriores”, acotó. Para el director de Rafaela Capital, el Banco Central podría “hablarle al mercado” al ofrecer una tasa mínima en las próximas licitaciones de Lecaps.
“Los activos argentinos atravesaron un rally alcista muy fuerte desde el balotaje del año pasado hasta acá, por lo que en los últimos días se dio una corrección muy fuerte. Por eso, ahora el mercado empieza a exigir un poco más de sustentabilidad en el plan del Gobierno, marcar los acuerdos políticos necesarios para cimentar esta consolidación macro. Y, al mismo tiempo, que el ajuste del superávit fiscal sea sostenible en el tiempo. Si bien el Gobierno va por el buen camino, mostró una buena señal para los inversores en cuestiones comerciales y fiscales, falta que den a conocer ciertos lineamientos hacia dónde estamos yendo. Entre tanto, en el corto plazo será crucial la cuestión política”, añadió Vitelli.
En el mismo sentido apuntó Persichini, quien remarcó que el mercado muestra hoy señales de “agotamiento, ansiedad e inquietud”. Por esa razón, exige un mayor “delivery” en lo referido a las reformas estructurales que se tienen que hacer, así como certidumbre sobre la salida del cepo cambiario.
“A nuestro entender, el segundo no podrá ser ejecutado sin el primero y, como el camino ya no depende tanto de Javier Milei, sino del Congreso, los inversores se vuelven cautelosos, recalibran su ‘optimismo’ inicial y buscan cobertura. Antes parecía no haber un escenario en el que las cosas salían mal. Ahora sí”, completó.
Una señal clave sucederá este jueves. El Indec dará a conocer la inflación de mayo, una cifra que Caputo espera que se encuentre por debajo del 5% mensual. En paralelo, se reunirá el directorio del Banco Central (BCRA), quienes podrían decidir bajar la tasa de interés aún más (como hicieron en los últimos meses) o dejarla quieta en el 40% de TNA.
Melisa Reinhold