La petrolera que controla más del 50% del mercado reacomodó sus precios luego de las elecciones presidenciales de ayer
En un movimiento inesperado, las estaciones de servicio de YPF, la principal petrolera del país, ajustaron al alza los precios de los combustibles que ofrecen a nivel nacional. El incremento oscila entre un 3% y un 5%, llevando el costo de la nafta súper a $287 por litro. Hasta el momento, la empresa no ha emitido un comunicado oficial para explicar la razón detrás de este aumento.
Fuentes de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA) confirmaron la subida de precios cuando fueron consultadas por la agencia Noticias Argentinas. En contraste, representantes de otras compañías petroleras como Axion aseguraron que no han realizado ajustes en sus tarifas.
Este incremento en los precios de los combustibles se produce tras las recientes elecciones presidenciales y ha causado sorpresa en el sector, dado que existe un acuerdo de congelamiento de precios vigente hasta el 31 de octubre. Con este nuevo ajuste, el costo promedio de las naftas y el gasoil comercializados por YPF ha aumentado en aproximadamente $10.
En el Área Metropolitana de Buenos Aires, los nuevos precios son los siguientes: nafta súper a $287, Infinia (nafta premium) a $367, Gasoil Diésel 500 a $307 y Diésel Infinia a $399. Este acuerdo de congelación de precios se había anunciado poco después de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), celebradas a mediados de agosto.
En aquel entonces, el Gobierno y los principales actores de la industria petrolera habían acordado un aumento del 12,5% para aplicar de inmediato, seguido de un congelamiento de precios hasta finales de octubre. “Este será el último ajuste hasta el 31 de octubre. El tipo de cambio también permanecerá fijo en $350 hasta esa fecha”, había declarado el ministro de Economía, Sergio Massa.
Massa también detalló que el impacto de la devaluación en el sector refinador se distribuiría entre los consumidores, que enfrentarían este único aumento; las empresas, que verían reducidas parte de sus utilidades; y el Estado, que resignaría una porción de los ingresos que obtiene de los impuestos sobre la venta de combustibles.
Es importante señalar que en el mes de agosto, los combustibles líquidos ya habían experimentado un ajuste del 17,56%. El acuerdo de congelamiento había sido firmado por YPF, Pan American Energy (Axion), Raizen (Shell) y Trafigura (Puma), empresas que juntas constituyen el 95% del mercado argentino de combustibles. Este nuevo aumento plantea interrogantes sobre el futuro de los acuerdos de precios y la estabilidad del sector en el contexto económico actual.