La Argentina fue en 2019 el tercer país del planeta con mayor inflación, con un 53,8% que la dejó detrás de Venezuela y Zimbabwe y por arriba de Sudán, en un desempeño que desentona con el resto de América del Sur, donde el aumento de los precios minoristas fue solamente de un dígito en todo el año.
De acuerdo con el último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) con las proyecciones de inflación para todo el año, en las primeras 20 posiciones la mayoría de los países son de Asia y África, afectados por conflictos bélicos, hambrunas, adversidades climáticas o escasez de recursos naturales.
No obstante, la lista es liderada por un país sudamericano, Venezuela, con una inflación del 200.000% según la proyección del FMI. Los datos del organismo multilateral de crédito son muy superiores al 7.374,40% anunciado por la opositora Asamblea Nacional, pero aun en ese caso son más que suficientes para que el país sudamericano conserve el primer puesto global, con un amplia ventaja sobre el resto.
Sudán, desplazada a la cuarta posición por el ascenso argentino, registra una inflación proyectada por el FMI de 50,4%, con uno de los más bajos niveles de desarrollo humano e ingreso por habitante del planeta, además de tratar de superar las secuelas de medio siglo de enfrentamientos étnicos que derivaron en 2005 en la separación como estado independiente de Sudán del Sur, sexto en la lista de los países con mayor inflación con el 24,5 por ciento.
Entre esos dos países se ubicó en el quinto puesto Irán, al que la existencia de importantes recursos de hidrocarburos y un nivel de desarrollo económico relativo superior al de los otros países no le impidieron terminar 2019 con una inflación del 35,7%.
De listado de países con alta inflación surge que, fuera de Venezuela, Argentina y Haití en el octavo puesto con el 17,6%, no se encuentran estados de América Latina y el Caribe, una región que en los últimos años consiguió desterrar a la inflación, con niveles que no superan el dígito.
El seguimiento de los datos de inflación de América del Sur muestra que detrás de Venezuela y Argentina se ubica Uruguay, que concluyó el año pasado con un nivel del 8,79% según el Instituto Nacional de Estadística (INE) que reportó para diciembre una deflación de 0,03%
Brasil, con el 4,48% en todo el año y 1,22% en diciembre, es el siguiente país en la lista del subcontinente, seguido por Colombia (3,8% anual y 0,26 en el último mes), Chile (3% y 0,1%), Paraguay (2,8% y 0,6%) y Perú (1,88% y 0,12%).
Los dos países sudamericanos con menor inflación en 2019 fueron Bolivia, que cerró el año con 1,47% y una deflación del 1,54% en diciembre, y Ecuador, con dos deflaciones: 0,07% en el año y 0,01% en diciembre.
Los datos dejan en evidencia que, a diferencia de lo que sucedía en las décadas de 1970 y 1980, cuando el alza de precios al consumidor era una constante en la mayoría de los países de la región, la inflación argentina en 2019 es un fenómeno aislado en América del Sur si se excluye el caso extremo de Venezuela.
En 1990, por ejemplo, la Argentina tuvo una inflación del 1.334%, la segunda consecutiva de cuatro dígitos, en el contexto de una región marcada por alzas de precios como el 27,4% de Chile, el 36,50% de Venezuela, el 129% de Uruguay, el 1.621% de Brasil o el 7.650% de Perú.
Tres décadas después, la situación es diferente y si bien la inflación argentina está lejos de los niveles previos a 1991, la brecha respecto del resto de los países se amplió.
Al respecto, en relación con sus perseguidores más inmediatos, la inflación argentina es seis veces superior a la uruguaya, 12 más que la brasileña, 14 más que la de Colombia y 18 más que la chilena.
Fuente: Marcelo Bátiz – Infobae