Luego de las críticas de la vicepresidenta, la AFIP avanza contra sociedades de bolsa que operan CCL y la Secretaría de Comercio multó a grandes empresas por los aumentos de precios; siguen las negociaciones con el Fondo
Por: Francisco Jueguen
El dólar libre voló. En sólo dos semanas subió casi $70. Cerca de cerrar abril, en el mercado descuentan una inflación de entre 7,2% y 9% en el mes. En la Fundación Libertad y Progreso estuvieron entre los “optimistas”. Estimaron ese piso. Si esa marca se materializara sería el mayor registro para un cuarto mes desde 2002, un año de crisis extrema.
Cristina Kirchner entiende lo que eso significa en un año de elecciones. También Sergio Massa, el ministro de Economía que se había animado a vaticinar que este mes comenzaría con un tres adelante. La caza de brujas para calmar al electorado propio acaba de comenzar. “Massa nos pidió que apretemos juntos a los empresarios para que retrotraigan los precios”, anticipó Emilio Pérsico, secretario de Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social, un día después de visitar el Palacio de Hacienda. En su “clase magistral”, la vicepresidenta desplegó un listado con varias empresas importantes y las acusó de las remarcaciones de precios.
La presión sobre el sector privado se materializó en las últimas horas. La AFIP pidió que las sociedades de bolsa informen el volumen de dólar Contado con Liquidación (CCL) operado entre el 1º de marzo y el 21 de abril. El encargado de recabar esa información es el cristinista Sebastián Negri, a cargo de la Comisión Nacional de Valores (CNV). Además, por lo bajo, la Secretaría de Comercio que conduce Matías Tombolini dejó trascender que, a través de la Subsecretaría de Acciones para la Defensa de los Consumidores, multó a Coca-Cola y Danone porque –indicaron– vendían determinados productos a comercios de cercanía con aumentos superiores al acordado en Precios Justos. Habrían mostrado, dijeron las fuentes oficiales, hasta un incremento de 32,8% mensual.
En la Secretaría de Comercio afirmaron que realizaron “operativos” de fiscalización, solicitaron facturas de compras de múltiples proveedores para “verificar si los precios de venta de esas empresas respetaban los aumentos de precios estipulados”. Luego de “comprobar” que las empresas aplicaban aumentos por fuera de la pauta del 3,2% acordada, se multó a Coca Cola con $40 millones y a Danone, con $45 millones. La notificación había llegado a una de esas firmas, pero aún no a la otra.
En esas empresas dicen que la multa no tiene fundamento legal, ya que el contrato de Precios Justos es para grandes superficies. Las empresas, para hacer frente a sus costos, suelen hacer “rentabilidad cruzada”. En los almacenes y pequeños establecimientos las cosas cuestan más caras que en los supermercados grandes. “Hasta abril, nuestros costos se movieron al 6% y el sendero oficial va al 3,2%. ¿Quién pone la diferencia? El objetivo de esta movida es disciplinar”, cuestionaron en una firma y agregaron que el 32,8% denunciado por Comercio está “inflado”. Algunos proveedores, contaron, les están pidiendo a las empresas “dolarizar” los pagos. O sea, si se paga a 90, que sea en pesos al valor del dólar en tres meses.
En Comercio afirmaron además que están “en proceso de investigación” Cervecería y maltería Quilmes, Aguas de Origen, Molinos Rio de la Plata, Pepsico Argentina, Arcor y Mastellone. Son prácticamente todas las que estaban en el listado que Cristina Kirchner mostró públicamente. “Ahí tenemos las principales veinte empresas, esas veinte empresas que figuran ahí, porque hay que empezar a hablar con nombre y apellido, Unilever, Mastellone, Coca Cola, Sancor, Danone, Molinos, porque si no parece que los precios los remarcaran Cristina, Nicolás… [por Trotta] no, no. Estas veinte empresas hacen el 74% de la facturación de lo que vos comprás en la góndola. Bueno, atomizado, lo que se dice atomizado, el mercado no estaría”, afirmó la vicepresidenta en su “clase magistral” de La Plata.
Los reclamos empresarios
En el Ministerio de Economía, Massa cultivó buena sintonía con el sector privado, pero esta semana, la corrida cambiaria modificó su actitud. “Hay que tomar las medidas que hay que tomar”, arengó el ministro a su equipo, según contó LA NACION. Luego dijo que no le fueran con el “versito de la mirada market friendly, porque acá hay cuatro vivos que quieren hacerse ricos por la volatilidad política y la que se jode es la gente”.
Según contaron en el Palacio de Hacienda, la idea del ministro de Economía es trabajar ahora en “retrotraer los precios” que se remarcaron en medio de la corrida en el marco de un acuerdo con sindicatos y empresas por 90 días. Parece un homenaje a Antonio Aracre, que le propuso un congelamiento por el doble de tiempo al Presidente.
“No tiene ningún argumento el blue en los precios”, estimaron allí, pese a que el CCL y el MEP también subieron y mucho. “Hoy, los financieros volvieron a bajar. Y el blue también lo va a hacer por arbitraje”, confiaron cerca del ministro.
“No creo que Massa se haya expresado en esos términos”, dijo el presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Mario Grinman cuando escuchó las palabras de Pérsico. “Conoce muy bien al sector empresario y sabe que la Argentina necesita más empresas que creen fuentes de trabajo. Con esas adjetivaciones de los aprietes y de buscar culpables, no se llega a ningún lado”, agregó el directivo.
En la semana, la poderosa Asociación Empresaria Argentina (AEA) a través de su presidente, Jaime Campos, había pedido “respetar al máximo el ámbito privado de las empresas”, una sentencia que tiene detrás una crítica directa a los controles de precios. Pero en las empresas no sólo critican los controles. Por ejemplo, las aerolíneas y agencias –que son agentes de percepción y recaudación del Impuesto Pais, entre otros– se volvieron a quejar en estos días porque terminan pagando impuestos sobre impuestos por débitos y créditos, y suman un extracosto de operaciones con los procesadores de tarjetas. Todo eso va al valor de los pasajes: desde 2019, la carga impositiva al sector se duplicó.
“La inflación promedio mensual se ubicó en torno al 8,1%, acelerando 1,3 puntos respecto a la semana anterior”, estimó LCG sobre la última semana de abril y el precio de los alimentos. Si sólo se mira, el punta a punta (que tuvo un avance de 9,5%), se trata de la semana con aumentos más altos desde hace un año.
No son sólo los empresarios. Para Cristina Kirchner, el acuerdo con el FMI también genera inflación, lo que a su vez, dijo la vice, no tiene nada que ver con el déficit fiscal. Habrá que ver si el FMI, para evitar una devaluación brusca y poder adelantarle fondos, no le pide a Massa un ajuste mayor. El ministro encarará esas negociaciones desde el jueves en Washington. El lunes se charlará con el Fondo vía Zoom, contaron. Mientras ya aceleraron la devaluación del oficial y subieron la tasa. Ortodoxia, pese a la mirada de Cristina.
Esta semana, Massa desobedeció el compromiso de no intervenir en el mercado cambiario. Quienes conocen la negociación con el Fondo dicen que esa prohibición no estaba en el acuerdo firmado por Martín Guzmán, sino que la incluyó la actual conducción en el punto 26 del memorándum de políticas económicas y financieras de la última revisión, la de marzo de 2023.
“Hoy es más importante generar incentivos para que el campo liquide los granos y aumentar la recaudación que replantear el acuerdo con el Fondo”, recomendó vía Twitter el ex asesor presidencial, Antonio Aracre, con una velada crítica al lento avance del dólar soja a $300. Es que ya genera nerviosismo en el mercado al mirar la brecha cambiaria tras la corrida y ante el desierto del segundo semestre.
Francisco Jueguen