Los anuncios del presidente de la Nación, Dr. Alberto Fernández, respecto de nuevas restricciones horarias de circulación y otras vinculadas a actividades productivas, nos induce a analizar cuáles fueron las medidas impuestas el año pasado al sector de la construcción, sus implicancias y consecuencias.
Si bien, las obras públicas se mantuvieron en actividad con serias dificultades operativas, observamos que, en determinadas jurisdicciones, directamente no se permitió la construcción privada y las consecuencias directas fueron: desempleo, desarticulación de equipos de trabajo constituidos, pérdida de capacidad instalada industrial e incremento de la pobreza en zonas de influencia.
Con políticas más elaboradas, otras jurisdicciones permitieron la continuidad de las obras mediante la aplicación de controles en el cumplimiento de protocolos sanitarios. En ellas, la actividad comercial se mantuvo en niveles aceptables y lo propio sucedió con el empleo.
Si profundizamos en el análisis sanitario y los contagios denunciados de COVID-19 en las obras, podemos afirmar que se trata de un número realmente muy bajo, y despreciable frente a la cantidad de mano de obra que ocupa el sector. Es posible que esto suceda porque en general, las distancias entre operarios involucradas en las áreas de trabajo de construcción superan varias veces las distancias indicadas en protocolos.
Asimismo, es necesario destacar que las empresas pequeñas y medianas están acostumbradas a cumplir con metodologías de trabajo, higiene y seguridad laboral, a lo que debieron añadir el cumplimiento de estrictos protocolos sanitarios.
En este sentido, advertimos que las pymes constructoras, son estructuras organizativas muy eficientes y eficaces para poner en marcha las obras y consecuentemente la cadena de valor asociada. Preservar estas estructuras organizacionales tiene un enorme beneficio para el Estado, las mismas son capaces de contratar empleo formal, capacitar personal, controlar aspectos sanitarios en el ámbito laboral, y además lograr una saludable distribución de recursos en la trama social. Más aún, constituyen una valiosa red de asociaciones con el potencial suficiente para traccionar la actividad comercial de proveedores de bienes y servicios de todo el territorio.
Desde la Confederación de Pymes Constructoras de la República Argentina, somos conscientes de los enormes esfuerzos del Estado, en sus tres niveles, por contener los efectos devastadores de la pandemia; por ello teniendo presente los antecedentes explicados en párrafos precedentes, instamos a las autoridades competentes a mantener en actividad obras públicas y privadas, inclusive promoviendo planes e incentivos que generen más oportunidades de trabajo.
Ing. Daniel Mafud
Confederación de Pymes Constructoras de la República Argentina
Presidente