La final del cuadro femenino del US Open será histórica, ya que tendrá cara a cara a dos de las principales promesas del circuito: la británica Emma Raducanu y la canadiense Leylah Fernandez.
La primera dejó en el camino en las semifinales a la griega Maria Sakkari (6-1, 6-4), mientras que la segunda se impuso contra la bielorrusa Aryna Sabalenka (7-6, 4-6, 6-4).
La pelea por el título reunirá a dos jugadoras muy jóvenes, algo que no sucedía desde 1999 cuando se dieron cita la estadounidense Serena Williams (17 años) y la suiza Martina Hingis (18). Raducanu tiene 18 y Fernandez, 19.
Otra de las curiosidades de esta edición del Abierto de los Estados Unidos es que esta será la primera final de un Gran Slam en la Era Open en la que no habrá ningún cabeza de serie.
La británica es la gran revelación del certamen, ya que se convirtió en la primera jugadora que jugará una final de un ‘grande’ viniendo desde la fase previa, contando también el tenis masculino. También será la primera oriunda de Gran Bretaña en disputarla desde hace 44 años.
Raducanu, 150 del mundo y nacida en Toronto pero que compite bajo la bandera británica, tuvo una apabullante actuación en las semifinales, al igual que en la mayoría de su recorrido por Nueva York. No tuvo inconvenientes para vencer a la griega Maria Sakkari, semifinalista este año en Roland Garros. Fue por 6-1, 6-4, lo que le hace plantarse en la final con ningún set perdido y tan sólo 27 juegos concedidos.
“Esto ha sido una sorpresa. Aún estoy en shock. Significa mucho para mí llegar hasta aquí. Obviamente quería llegar a las rondas finales de un Grand Slam, pero no me esperaba para nada que lo consiguiera tan pronto. No tengo palabras. Solo quiero agradecer a todos los que me han apoyado en este viaje. Creo que desde muy joven la LTA me ha acogido y me ha ayudado a hacer realidad mis sueños. No estaría aquí sin ellos y sin mi familia y amigos”, esbozó tras llegar a la definición del torneo.
Vale destacar que Raducanu llegó al US Open con menos de 20 partidos en el WTA Tour (un registro de 13 victorias y 6 derrotas). Si bien llegó a los octavos de final de Wimbledon, aún no debutó en el Abierto de Australia ni en Roland Garros.
Por su parte, Fernandez, 73 del mundo, tuvo mucho más trabajo ante la bielorrusa Aryna Sabalenka, actual número dos del mundo. Pese a sus pergaminos, la europea no pudo evitar correr la misma suerte que otras jugadoras de nivel como la japonesa Naomi Osaka, la alemana Angelique Kerber y la ucraniana Elina Svitolina. Tras dos horas y 21 minutos de batalla, la norteamericana se llevó el duelo en tres sets por 7-6(3), 4-6, 6-4, aunque la de Minsk llegó a dominar 4-1 en la primera manga.
La campeona de Roland Garros junior en 2019, comenzó su relación con el tenis de casualidad, ya que al principio quería seguir los pasos de su papá Jorge, un ex futbolista ecuatoriano. “No quise que mi hija jugara al fútbol. Quería que verdaderamente le naciera la pasión por el deporte, que fuera una pasión de ella y no condicionarla porque su papá había jugado. Ahí fue la introducción al tenis, por suerte y de una manera inocente. Y ahí empezó una historia increíble”, recordó su padre en diálogo con Infobae.
“Llegaba de la escuela y quería ir al parque. ‘Pero papi, usted me prometió’ y ahí íbamos. La gente pensaba que yo era abusivo porque en las canchas de tenis, que se alquilan por hora, yo le decía que teníamos que irnos porque nos quedaban cinco minutos, pero ella insistía y me pedía tres peloteos más. Y ella se ponía a llorar, la gente entraba a la cancha y pensaba que yo le pedía que golpeara tres pelotas más, pero no era el caso, era difícil equilibrar su pasión para entrenar, golpear y divertirse, mantenerlo de una manera recreativa que era lo que yo quería”, rememoró.
* Con información de EUROPA PRESS