En una de las anécdotas más surrealistas vividas en la historia de los controles antidopaje, el base estadounidense DJCooper trató de burlar a las autoridades entregando otra orina en lugar de la suya. Nadie más de confianza que la propia pareja, debió de pensar el jugador de 1,83 metros y 28 años.
El test, realizado el año pasado, dio negativo en cualquier sustancia prohibida, pero se ha conocido ahora que en la orina se encontró gHC, una hormona producida por la placenta. «Enhorabuena, señor Cooper. Está usted embarazado», le dirían los encargados de analizar las muestras. Fue un control de lo más embarazoso y la forma más extraña de enterarse de una paternidad. La FIBA lo suspendió hasta 2020, aunque él anunció que se tomaba un descanso del baloncesto «por razones familiares».
Así quedó paralizada la carrera de Cooper, que esta temporada ya no ha jugado. Se había hecho un nombre en el baloncesto europeo. Estudió en la Universidad de Ohio y no fue drafteado en 2013, el año que le correspondía.
Entonces comenzó un periplo que le hizo pasar por la Liga griega (PAOK, Panathinaikos y AEKAtenas), la rusa (Enisey Krasnoyarsk y Krasny Oktyabr) y la francesa (Mónaco, Pau Orthez, Gravelines y de nuevo el club del Principado).
El base es un consumado pasador como lo demuestran las 23 asistencias que repartió en un encuentro con el Enisey Krasnoyarsk en 2015. En Francia llegó a ser el mejor jugador de la Liga cuando defendía la camiseta del Pau Orthez. En la temporada 16-17 llegó a promediar 13,4 puntos, 5,4 rebotes y 10,6 asistencias. Además hizo tres triples-dobles.
Todo ello llamó la atención del Unicaja, que le tuvo en su agenda en 2017 pendiente de que lograra el pasaporte rumano.
Antes de eso también se entrenó con la selección de Bosnia Herzegovina, con la que iba a disputar la fase de clasificación para el Europeo de 2015, pero dejó la concentración por una emergencia familiar y a su regreso se lesionó. Su nacionalización no se tramitó.
La trayectoria de Cooper queda suspendida. Al menos tendrá tiempo de disfrutar del bebé que le dijeron que llevaba dentro. Su historia debería servir para que si algún otro jugador tiene la tentación de cambiar su orina en un control se la pida a alguien de su propio sexo.
Jajajaja este mundo da para todo