Jana, Gianinna y Dalma estuvieron desde el primer minuto acompañando a su padre hasta que finalizó la intervención. Durante la noche también se hizo presente su hermano Lalo, con quien Diego no venía teniendo un vínculo cercano.
Entrada la noche, la Clínica Olivos tenía movimiento incansable. Periodistas e hinchas se trasladaban de un lado para el otro a la espera de conocer el parte médico de Diego Armando Maradona tras la intervención que se le realizó por el hematoma subdural en la cabeza. Las incipientes buenas noticias que entregó durante la medianoche el doctor Leopoldo Luque luego de la operación trajo calma a los agitados ánimos, pero el Diez todavía deberá afrontar varios días de recuperación hasta conocer cómo continuará su recuperación tras pasar por el quirófano.
Según pudo saber Infobae, Maradona “pasó la noche bien” y se especula con que permanecerá al menos cuatro días más en Olivos bajo observación de Luque y su grupo de trabajo. Durante las primeras horas de la mañana de este miércoles se le retiró el drenaje que le colocaron ayer –tal cual había adelantado el médico en el parte que brindó ante los medios– y también comenzaron a bajarle la dosis de sedantes, un procedimiento acorde al proceso que afrontó.
El neurocirujano Luque es un personaje central en toda esta historia, ya que es una de las pocas personas que tienen acceso al entrenador de Gimnasia de La Plata. El motivo de esta situación es el estricto protocolo por coronavirus que existe actualmente en los centros de salud del país.
Sin embargo, hay otra persona de su círculo íntimo que está cerca del Diez en estas horas difíciles: Johny Espósito, su sobrino, fue hisopado para poder tener contacto con el entrenador, teniendo en cuenta que vive con él y es quien lo asistía durante los últimos meses en su casa.
Independientemente de esta situación, sus hijas Dalma, Gianinna y Jana permanecieron desde el primer segundo cerca de Diego y se quedaron en la clínica hasta que finalizó la intervención, bien entrada la noche. Lalo, su hermano, llegó acompañando a su sobrina Dalma y dijo presente en la noche de Olivos; una visita que llamó la atención ya que en los últimos meses no estaban teniendo un vínculo tan cercano con Diego. También estuvo su ex pareja Verónica Ojeda, pero sin su hijo Dieguito Fernando.
Todos ellos debieron marcharse una vez conocida la noticia de la operación exitosa, aunque volverían al lugar durante este miércoles para estar cerca de él.
Durante la mañana del miércoles quien apareció por las instalaciones de la Clínica Olivos fue el abogado Matías Morla, que respondió preguntas de los medios y hasta contó que lo llamaron Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner, Axel Kicillof, Nicolás Maduro, Evo Morales y “todos los mandatarios de Latinoamérica” preocupados por la salud del ídolo. La visita de Morla fue exprés: a los pocos minutos se marchó tras conocer de primera mano el cuadro de salud de Maradona.
El hombre que manejó la carrera del Diez durante los últimos años también contestó sobre los rumores que circularon durante las últimas horas que indicaban que podría realizar una rehabilitación en Cuba, donde ya estuvo a comienzos del milenio tras los problemas médicos que tuvo por entonces: “Diego ama a Cuba, ayer hablé con el hijo de Fidel Castro. Tanto Venezuela como Cuba son países amigos para que Diego esté, pero Diego está con la cabeza en Gimnasia”.
Fanáticos alrededor del planeta siguen de cerca cada detalle de la evolución del ídolo. Desde su hijo Diego Jr. que está en Italia y podría viajar al país durante los próximos días –deberá hisoparse previamente tras tener síntomas similares a los de COVID-19–, hasta aquellos hinchas que fueron felices con el arte de sus gambetas. Maradona, por lo pronto, se prepara para afrontar la rehabilitación tras un nuevo obstáculo médico. Uno más en su ajetreada vida.