Montecarlo fue protagonista de una exhibición del griego ante un Rublev que se le notó cansado después del nivel que había mostrado toda la semana (6-3, 6-3).
Final inesperada la que tenía en el Masters 1000 Montecarlo. El torneo monegasco tenía como grandes favoritos a llegar a la final a Djokovic y Nadal o Medvedev. Los dos primeros perdieron mucho antes de lo esperado y el tercero no pudo disputar el torneo tras dar positivo en una PCR. En cambio después de toda la semana habían llegado los dos jugadores que mejor tenia habían practicado. Por la parte alta Tsitsipas que no se había dejado ni un set en toda la semana y había ido de menos a más. En el otro lado estaba Rublev que había destronado al `Rey´ Nadal en su propia casa. Ambos se habían medido en seis ocasiones y balance estaba igualado con tres triunfos para cada uno.
Se esperaba un partido igualado y es que ambos estaban ante la gran oportunidad de sumar su primer trofeo de Masters 1000 en su carrera. El griego empezó mucho más concentrado y decidido a ir a por el partido. Se llevó el primer juego y en el primer turno al resto se encontró con una bola de break. Aprovechó la primera oportunidad y luego confirmaba con su saque para poner el 3-0. Tsitsipas estaba dominando, muy sólido desde el fondo y variando velocidades y alturas. La derecha de Rublev no funcionaba y había numerosos fallos. El ruso aguantó su saque pero no tuvo ni una bola de rotura para poder remontar en la primera manga. En poco más de media hora Stefanos se llevaba la primera manga con mucha facilidad.
Rublev necesitaba reaccionar. El ruso parecía mejorar e intentar dominar más con sus golpes. En cambio el resultado se ponía peor ya que en el tercer juego después de un 40-15 todo cambiaba y llegaba el deuce. El heleno tenía una nueva oportunidad al resto y una bola larga de revés le dejaban a Tsitsipas más cerca del título. Stefanos ganaba el siguiente juego en blanco dando una exhibición de como jugar con la derecha. Las gotas de lluvia empezaban a caer con algo más de intensidad. Rublev estaba mejor pero Tsitsipas aguantaba ante las embestidas de su rival. El marcador estaba 4-2 y llegaban los momentos decisivos. La lluvia no cesaba e iba a más. Bolas nuevas y juego fácil para Tsitsipas que estaba a un juego del triunfo. El griego tuvo la oportunidad al resto y no falló para arrodillarse en la tierra de Montecarlo después de sumar su primer trofeo de Masters 1000.
