El servio, No.1 del mundo, se iba a medir ante un tenista que quizás poca gente habría apostado por él viendo los tenistas que cabalgaban por esa parte del cuadro.
Sin embargo, venía de vencer al ganador del Masters 1000 de Miami, Hubert Hurkacz.
Las condiciones estaban como la jornada del día anterior. No había lluvia pero además del molesto viento siempre para jugar al tenis, la pista estaba muy lenta y la bola pesada. Evans, consiguió posicionarse mejor en esas condiciones sabiendo meter muchos primeros servicios, y jugar de una manera que no se suele usar mucho y más en polvo de ladrillo pero para un día como este iba a ser muy válido. Supo jugar con golpes cortados y siempre tener en movimiento a un Novak que le pilló de imprevisto ese inicio de encuentro. No era una lucha desde el fondo a encontrar los ángulos, sino quién estaba mejor posicionado en cancha con golpeos de calidad.
Con un 3-0 y doble break se situó un Evans ante un Djokovic que estaba cometiendo errores, sobre todo, desde el lado del revés, ese golpeo que tiene tan suyo. Una pequeña reacción parecía practicarse para poder igualar la cita, sabiendo meter más bola y acostumbrándose a ese ritmo. Cuando podía intentaba subir una marcha más pero en muchas ocasiones llegaba el error. Tampoco estaba jugando mucho con primeros servicios y esa faceta tampoco ayudaba para ser un portento en cada punto.
El británico, volvió a quebrar para marcharse al 5-4 y después de pasar por el banco, tener que servir por llevarse el set. Se le notaba motivado frente a un Novak bastante inexpresivo aunque daba a entender que no estaba nada cómodo con lo que estaba ocurriendo. En el deuce, un error del serbio dio la que iba a ser tercera bola de set convirtiéndose en un momento clave ya que acto seguido, el No.33 del mundo, iba a obtener el regalo de situarse por delante.
Las condiciones estaban siendo más rápidas con el sol entrando más en juego. Djokovic cazó una bonita diferencia a la hora de poder arrancar el segundo asalto. Aun así, Evans se encontraba con una confianza amplia y con esos cambios de ritmo estaba desquiciando a un oponente que no estaba viendo salida. Puso la igualdad nuevamente, pero el serbio, pese a tener nuevamente alguna oportunidad, Daniel no le dejaba marcharse.
Alcanzaron los momentos más comprometidos de la cita. Las sensaciones del uno y del otro eran muy opuestas. Un Djokovic que mentalmente estaba decaído y que dentro del juego no sabía encontrar la forma de contrarrestar el genuino partido de su oponente. Con el 5-5, iba a perder otra vez su saque y además de la peor manera ya que una doble falta apareció. Por tanto, con 6-5 a favor, al igual que en el set pasado, Evans gozó de saque para cerrar.