Aunque el ciclo de José María Martínez fue breve, la continuidad de Raúl Antuña permitió construir una estructura sólida que derivó en la victoria por 2 a 0 sobre Gimnasia de Mendoza, sellando el regreso al máximo nivel del fútbol argentino.
Con apenas siete derrotas en el año, el equipo verdinegro se consolidó como protagonista del torneo. Aunque quedó relegado en la lucha por el primer puesto de la zona A frente a San Martín de Tucumán, no perdió el foco. Una vez descartada la posibilidad de acceder al primer ascenso, el plantel se concentró en el Reducido, logrando llegar hasta el final y cumplir su objetivo.
Claves del éxito
San Martín supo combinar juventud y experiencia, con jugadores surgidos de las inferiores y refuerzos que se adaptaron rápidamente a los valores del club. A esto se sumó la dirección de un entrenador que conoce en profundidad cada rincón de la institución.
Un equipo bien armado
Arco sólido: Matías Borgogno, con formación en Vélez, se destacó como una pieza clave. Fue el tercer arquero menos vencido del torneo, demostrando su importancia, incluso en momentos de alta tensión como el polémico encuentro frente a Chicago.
Defensa confiable: Alejandro Molina, Rodrigo Cáseres, Agustín Sienra y Leonel Álvarez formaron una línea defensiva que se mostró segura y compacta. Cada uno aportó experiencia y regularidad, asegurando estabilidad al equipo.
Mediocampo equilibrado: Nicolás Peleitay, el capitán, lideró con solvencia junto a Santiago López García. En el apartado creativo, Maximiliano Casa, Tomás Escalante y Sebastián González fueron determinantes. Cada uno sumó calidad y gol, con Casa destacándose con 7 tantos en la temporada.
Delantera con soluciones: Aunque la regularidad fue un desafío, la llegada de Nazareno Fúnez resultó crucial, sumando 9 goles que revitalizaron el ataque verdinegro.
Desde el banco, jugadores como Agustín Heredia, José Luis Gómez, Gino Olguín y Jonathan Zaccaría también hicieron su aporte en diferentes momentos clave de la campaña.
El liderazgo de Raúl Antuña
Tras la salida de José María Martínez debido a diferencias con la dirigencia, Raúl «Purruco» Antuña asumió el desafío. Como hombre de la casa y figura histórica del club, logró consolidar un equipo competitivo y unido. Su liderazgo fue clave para ensamblar las piezas y alcanzar la gloria.
San Martín de San Juan, con una estructura que combina talento, compromiso y visión, mira hacia el futuro con grandes expectativas mientras celebra este importante logro.
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