En el Nuevo Gasómetro, terminaron 1 a 1. Benegas adelantó al equipo de Domínguez y Bareiro igualó para el local, que terminó con diez por la expulsión de Rosane. Fue el regreso de Rubén Darío Insúa como DT del Ciclón.
Nace un nuevo campeonato, se enfrentan San Lorenzo e Independiente y en cualquier otra época, sin dudas hubiera sido un clásico de primera plana. Hay hinchas, claro, porque siempre acompañan. Con tribunas pobladas y pocos claros. No obstante, las expectativas son diferentes. Por historia, la obligación será pelear el campeonato. ¿Les alcanzará con estas herramientas a Rubén Darío Insúa y Eduardo Domínguez? ¿Cuánto pesarán esos problemas institucionales que arrastran consecuencias deportivas?
Esas preguntas surgen en el Nuevo Gasómetro en torno a dos grandes venidos a menos. Y en base a estos primeros noventa minutos de la Liga Profesional, no habrá que tomar conclusiones apresuradas, está claro. Sin embargo, es posible decir que los técnicos requerirán de mejores recursos humanos. El mercado de pases estará abierto hasta el 7 de julio –sí, no trates de entenderla; disfrutala, a decir de Claudio Tapia- y ambos equipos necesitan mayor jerarquía.
En este contexto, el empate tiene el sabor del conformismo para San Lorenzo, que viajó al entretiempo en desventaja y no sufrió un resultado lapidario porque Sebastián Torrico mostró toda su vigencia con dos tapadas extraordinarias. Entonces, logró el gol del 1 a 1 gracias a la pegada de Agustín Martegani y la cabeza de Adam Bareiro, que estaba a punto de ser reemplazado por Nicolás Blandi. Ya con un hombre menos por la expulsión de Siro Rosané –situación que Andrés Merlos corrigió vía VAR-, se abrazó a la igualdad.
Independiente hizo méritos para ganar. Por eso el gol que consiguió en el desenlace de la primera etapa, ese tiro libre de Leandro Fernández que anticipó Leandro Benegas, tuvo mucha lógica. A fin de cuentas, había sido más peligroso. Y aunque su postura pareció más conservadora en el comienzo, porque le entregó la iniciativa a su rival y se hizo fuerte a partir de la recuperación, hubo algunas buenas sociedades, esporádicas, es cierto, pero productivas. Sobre todo, cuando se juntaron Alan Soñora y Lucas Romero. Y estuvo activo Fernández por la derecha.
Intentó más el Rojo, pero hasta el cabezazo goleador del mendocino, no había acertado al arco. A bordo de un 4-2-3-1, probó de media distancia con Romero y el propio Benegas, remates que se perdieron muy cerca de los postes de Torrico. Y en el comienzo del partido no se puso en ventaja porque Fernández Mercau llegó justo en la línea de sentencia cuando Juan Cazares disparó incómodo ante el número uno azulgrana.
Independiente, en definitiva, fue algo más de lo que se había visto en la Copa de la Liga Profesional y la Sudamericana, torneos en los que quedó en el camino. En especial, gracias a esas buenas líneas de pases que tendieron Soñora, Romero y Fernández.
San Lorenzo cambió el esquema con Insúa, pero fue más de lo mismo. Le costó horrores generar volumen de juego, muy a pesar de la buena gestión de Néstor Ortigoza. Por empezar, el técnico plantó una línea de tres centrales con Jalil Elías y Fernández Mercau en una función de laterales volantes, pero siempre más lanzados. O al menos, esa fue la búsqueda. Ortigoza marcó el ritmo. Tuvo claridad, sobre todo en el primer tiempo, pero a sus compañeros les faltó explosión en el tramo final de la cancha.
Y más allá de alguna guapeada de Ezequiel Cerutti, en ese 3-4-1-2 no tuvo compañía creativa en Martegani. El pibe de las inferiores estuvo desconectado en el primer tiempo. Y con la excepción del atrevimiento de Fernández Mercau, poco inquietó en las inmediaciones de Milton Alvarez. El arquero estuvo firme de manos para tapar un potente tiro del Pocho desde muy corta distancia.
En el segundo tiempo, de arranque nomás, Independiente tuvo dos situaciones claras. Sin embargo, Torrico tapó ante Barreto, primero, y frente a Benegas, después. Entonces, llegó el empate de Bareiro cuando Blandi calentaba motores.
Igualmente, el cambio se hizo un rato después. Antes, había ingresado Nahuel Barrios por Martegani. La idea era lastimar por afuera. No obstante, el Perrito ganó poco terreno por el sector de Alex Vigo.
Las modificaciones de Domínguez no influyeron. Tomás Pozzo duró un ratito porque se fue lesionado. Increíblemente, Merlos y el VAR no consideraron expulsión una falta de atrás de Federico Gattoni. El chico terminó en camilla, llorando de modo desconsolado.
Y el partido fue languideciendo. Con San Lorenzo aguantando e Independiente maldiciendo por su falta de efectividad.
Después de 36 años de sequía internacional, la Academia venció al equipo de Belo Horizonte…
La ciudad de El Carmen está lista para la octava edición del Festival Provincial del…
Este sábado a las 17:00 horas, Racing Club y Cruzeiro se enfrentarán en el estadio…
Alumnos de la Escuela de Educación Técnica N°1 "General Savio" de Palpalá visitaron las instalaciones…
En el marco del concurso "El Saber Ilumina", estudiantes de segundo grado de la Escuela…
El Ministerio de Educación de la Provincia de Jujuy anticipó que en el Calendario Escolar…