El debut de River en la Copa Libertadores tuvo lugar en su propio estadio, enfrentando a un histórico del certamen como Nacional de Uruguay.
A diferencia de la victoria de la semana pasada en Venezuela, donde el adversario era técnicamente inferior, este partido presentaba un desafío más exigente tanto en lo técnico como en lo estratégico.
El timonel de los uruguayos, Álvaro Recoba, se destacaba en el campo por su habilidad para desequilibrar y su enfoque ofensivo. Desde el banquillo, este exvolante imprime a su equipo una mentalidad similar a la que él mostraba en su época de jugador.
Nacional dejó claro desde el inicio que no buscaba conformarse con un empate, sino que intentaba llevar el juego hacia el área de Armani. River, como es habitual, tomó la iniciativa y buscó imponer su estilo, lanzándose en busca del gol desde el principio.
El partido fue vertiginoso desde el comienzo, lo que generó una atmósfera vibrante en las frías gradas del estadio. A los 15 minutos, River tomó la delantera con un excelente gol de Echeverri, quien recibió un pase de Borja y disparó desde fuera del área, colocando la pelota junto al poste, fuera del alcance de Mejía.
A pesar de los intentos de Nacional por igualar el marcador, con jugadores como Carneiro y el nigeriano Ebere, Armani se mostró sólido en su arco. Mientras tanto, River confiaba en la creatividad de Echeverri para generar peligro en el área rival, aunque Solari y Borja no lograban conectarse con eficacia.
En el segundo tiempo, River intensificó su búsqueda del gol, con Aliendro acercándose peligrosamente al aumentar la ventaja, aunque su disparo terminó estrellándose en el travesaño. A medida que avanzaba la segunda mitad, Nacional tomó más posesión del balón y equilibró el juego, aunque le faltaba precisión en la definición.
La incertidumbre se mantuvo hasta el final, pero fue River quien aseguró la victoria con un gol de cabeza de Colidio en tiempo de descuento. Con este resultado, el equipo avanza con paso firme en la Copa Libertadores.
