River fue a Santa Fe y no pudo doblegar a Unión: el partido terminó sin goles

Dirigido interinamente por Marcelo Escudero, el empate mostró al equipo con los conocidos déficits de visitante; en el mediodía de este lunes será presentado el segundo ciclo del Muñeco
Borja intenta escapar de su marca

Entre el River de Martín Demichelis que ya fue y el de Marcelo Gallardo que está llegando quedó un eslabón suelto que pasó por Santa Fe con un insulso 0-0 ante Unión que extendió su déficit de visitante en la Liga Profesional.

Magro consuelo que el empate haya servido para cortar tres derrotas consecutivas fuera del Monumental en el torneo. De la breve transición se hizo cargo Marcelo Escudero, que apenas si retocó la formación que hace una semana venció a Sarmiento. Ingresó Aliendro por un Lanzini que es una versión muy diluida del volante ofensivo que despuntó hace más de una década en Núñez.

Sin un rendimiento convincente, River igual pudo ganar. Con Aliendro, que levantó un poco el nivel tras un declive que lleva bastante tiempo, y la zurda de Mastantuono, River se manejó bien en el primer tiempo a espaldas de los volantes locales. Pero no tuvo cuerda para los 90 minutos, decayó en el segundo tiempo entre imprecisiones y un bajo ritmo de juego, como si ya tuviera más la cabeza en la llegada de Gallardo que en asumir su responsabilidad dentro de la cancha.

Con la demora en los cambios, Escudero ayudó poco a sacar a su equipo del sopor. El Unión de Kily González es un reflejo de su técnico: intenso, nunca le falta voluntad y energía. Y el técnico le dio un orden táctico para sacar un provecho mayor del que se podía esperar por los recursos con que cuenta. Que son cada vez más escasos tras las salidas de Luna Diale y Vera, a lo que se suma la inhibición del club para incorporar por las deudas. La situación estresó hasta al siempre optimista y voluntarioso Kily, que si no dio el portazo fue porque el plantel lo convenció para que lo siguiera acompañando.

A Unión se le cortó la serie de cuatro triunfos consecutivos en el estadio 15 de Abril. Antes de que lo atrapara cierta desidia, River estuvo cerca de la victoria, pero en tres oportunidades chocó contra los palos; en dos ocasiones de González Pirez y una de Paulo Díaz.

River lleva poco más de dos semanas inmerso en una vorágine. El 19 de julio presentó a cinco refuerzos -ninguno titular este domingo-, flanqueados por Demichelis y el presidente Jorge Brito. La cambiante dinámica del fútbol dejó vieja esa imagen, al menos sin la proyección que se imaginó en ese momento. Gallardo, antes de debutar el próximo sábado en el Monumental frente a Huracán, ya ejerció su influencia en el mercado de pases. Los dirigentes habían dado mil vueltas con Germán Pezzella. Que la cláusula era muy alta, que el zaguero no quería forzar ninguna situación que lo hiciera quedar mal con un Betis al que le está muy agradecido… Entró Gallardo en escena y al campeón del mundo se lo espera para la próxima semana.

La venta de Esequiel Barco dejó un hueco que no se decidían a cubrir, hasta que este sábado se confirmó que Maximiliano Meza (31 años, surgido en Gimnasia y con un paso por Independiente) deja Monterrey para ponerse a las órdenes de Gallardo, que también acelera para encontrar un lateral derecho. Como Gonzalo Montiel, que no es tenido en cuenta por Sevilla, prefiere continuar su carrera en Europa, la búsqueda se orienta hacia un refuerzo que el Muñeco pidió con insistencia en su etapa anterior: Fabricio Bustos, en Inter de Porto Alegre desde 2022.

Acompañado por sus ayudantes de campo habituales (Matías Biscay y Hernán Buján), Gallardo cubrió la vacante de entrenador de arqueros con el cordobés Javier Sodero, que atajó 58 partidos en River entre 1993 y 1995. Obsesionado con la serie ante Talleres por los octavos de final, River está inmerso en un frenesí del que deberá pasar varias cuestiones en limpio. La lista para la Copa Libertadores admite solo cinco cambios respecto de la presentada en la etapa de grupos. Más de una de las recientes incorporaciones se quedará afuera.

Poco más de un año y medio después de anunciar que no renovaría contrato, Gallardo se sentó este domingo a ver por televisión a una mayoría de jugadores que ya dirigió. De la formación inicial frente a Unión, solo no tuvo a su mando a Enzo Díaz y al juvenil Franco Mastantuono, que debutó con Demichelis. En el final del partido ingresó Lanzini, que fue vendido a Qatar cuando Gallardo asumió a mediados de 2014. Y Marcelo Escudero llevó a la primera su conocimiento de entrenador de la reserva al hacer debutar al chaqueño Santiago Lencina, volante ofensivo, de 18 años.

Unión atacó por ráfagas, con la explosividad de sus dos delanteros, Morales y Balboa. Igual, no hubo nada ni nadie que desatara el nudo del partido, al que no le faltaron choques y fricciones. Los dos se fueron entregando al empate con más resignación que rebeldía. No arriesgaron en búsqueda de los tres puntos, se conformaron con uno. Para River es muy poco, lo mantiene instalado en la categoría de equipo desabrido de visitante, con poca presencia. “Gallardo representa muchísimo, bienvenido sea”, dijo Paulo Díaz tras el final del encuentro. Al Muñeco lo esperan todos, dirigentes, jugadores e hinchas, para encontrar el rumbo con el hombre que irradia más que la simple imagen de un director técnico.
Claudio Mauri

Facebook
Twitter

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio