Los jugadores levantaron la voz y el conflicto con la dirigencia se recalienta en el fútbol argentino.
El enfrentamiento va en aumento, con fuertes acusaciones. Se vencen muchos contratos en junio y los futbolistas vislumbran un intento de precarización.
El abrupto punto final de la temporada en el fútbol argentino por el coronavirus está teniendo un daño colateral, principalmente, sobre los jugadores profesionales. En el horizonte asoma un fútbol sin descensos por un par de años y los futbolistas entienden que esa determinación los afectará a ellos más que a nadie: vislumbran un fútbol precarizado y con mayoría de juveniles para que los clubes no se ahoguen aún más en las crisis financieras que ya atraviesan.
“Esto va a ser una carnicería”, dijo Yamil Garnier, capitán de Sarmiento de Junín, luego de que el elenco que milita en la Primera Nacional decidiera licenciar a los futbolistas.
“Hablé con el presidente Fernando Chiófalo y fue muy claro: me dijo que a partir del 30 de abril no puede pagar. Los clubes pensaron en ellos y se cagaron en los jugadores. Nosotros cobramos enero pasando marzo. Eso es culpa de Chiófalo. Además, si el año que viene no hay descensos, ¿quién nos va a contratar? Si nadie tiene compromisos que asumir”, sumó Garnier.
“Hay colegas que van a terminar manejando un Uber lamentablemente cuando en junio se queden sin trabajo”.
“Tomo decisiones como si el club fuese una empresa cerrada. Vamos a tener cinco o seis meses donde no va a ingresar ni el 50% del presupuesto, que son alrededor de seis millones de pesos, entonces tenemos que bloquear todos los egresos para tratar de tener una situación medianamente decorosa cuando termine todo esto”, explicó Chiófalo en una entrevista publicada en el portal Junín Digital.
El conflicto está planteado: la mayoría de los dirigentes por un lado y los futbolistas por otro. O más exacto: AFA contra Futbolistas Argentinos Agremiados. De a poco, las disputas van saliendo a la luz y el dinero es el factor común.
Tal vez Huracán, sus jugadores, fueron los primeros en exponer la problemática: sacaron un comunicado a través de Agremiados en donde exigían el pago de enero, febrero y marzo, y en donde dejaban en claro que si el club no comenzaba a saldar esa deuda irían a la Justicia.
Y unos días después, llegó la contundente respuesta del presidente Alejandro Nadur, que acusó a los futbolistas de romper unilateralmente un acuerdo y avisó que no le temblará el pulso si tiene que dejar libres a los integrantes del plantel para resguardar el patrimonio del club.
En las últimas horas se sumó Independiente a los reclamos salariales. Cansados de falsas promesas, los futbolistas tomaron una decisión: si no les pagan lo adeudado en salarios intimarán al club para cobrar lo que, en algunos casos, abarca hasta el ítem “trayectoria” de diciembre.
Y no serán uno ni dos. Hay al menos diez jugadores dispuestos a ir por el siguiente paso en una negociación que está en su momento más complicado. Y podrían sumarse algunos más. Todo se aceleró tras la segunda reunión virtual de capitanes, que se realizó esta semana, y en la cual Sergio Marchi, titular del gremio, recomendó la vía de la intimación para aquellos que arrastran varios meses sin cobrar y no logran llegar a un acuerdo con la Comisión Directiva de sus respectivos equipos. Ya hubo dos propuestas dirigenciales de pago en cuotas que no fueron aceptadas por el grupo, que busca cobrar hasta marzo inclusive.
En aquella reunión organizada por Agremiados llamó la atención una ausencia: la de River. Ni Leonardo Ponzio, ni Javier Pinola, capitán y subcapitán. Tampoco otros referentes. En River hay bronca con Marchi. “Cuando se la tuvo que jugar no se la jugó”, aseguró un futbolista del club de Núñez, recordando aquel viernes en que Ponzio intentó convencer a los capitanes de Gimnasia, Banfield, Patronato y San Lorenzo para que no jugaran la primera fecha de la Copa Superliga. Luego River no se presentó ante Atlético Tucumán.
También hubo un contrapunto en Lanús. El capitán y emblema José Sand, a quien se le vence el contrato en junio, aseguró que estaba dispuesto a bajarse en el sueldo, pero cuestionó el posible destino del mismo. “Yo me bajo, okey, ¿pero a dónde va esa plata?”, preguntó el goleador correntino. Y siguió: “Esto no cambia más, sigue todo igual, es una vergüenza lo que quieren hacer. Quieren sacar los descensos para bajarnos los sueldos a los jugadores”.
“Cada jugador tiene derecho a pensar lo que quiera y la palabra de Sand es respetable. Es un referente del fútbol argentino. Él como jugador piensa una cosa y los dirigentes pensamos otra”, le respondió Nicolás Russo, mandamás del Grana. Y después avisó: “Queremos que Pepe Sand se retire en Lanús con la cancha llena. Él se merece eso. Ojalá pueda seguir en el club”.
“Es simple: al no haber descensos, ningún club va a contratar jugadores. Algunos terminarán manejando un Uber”, indicó Juan Ignacio Mercier, volante de San Martín de Tucumán, el puntero de la zona 2 del torneo de Primera Nacional.
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