La ceremonia de premiación replicó las rispideces que se observaron en la pista. Julián Santero (Toyota Corolla) se quedó inmóvil, con el trofeo en la mano, en el cubo con el N°2. El mendocino no participó del festejo, donde Agustín Canapino (Chevrolet Cruze) celebraba el triunfo en la despedida del TC2000: la suya y la del equipo oficial Chevrolet.
Sin ademanes ampulosos ni elevando la voz, estableció que las maniobras defensivas que dibujó el arrecifeño en el desenlace del Gran Premio Coronación, en Concepción del Uruguay, fueron de riesgo, cruzaron el margen reglamentario. Lejos de la disputa, en otra galaxia, Leonel Pernía (Renault Fluence), completó el podio: el Tanito se consagró campeón en la carrera pasada, después de la sanción que recibió Jorge Barrio (Toyota Corolla), que le posibilitó ascender un puesto y coronarse bicampeón.
“No resiste ningún análisis, si no es sancionado hay que tomar medidas con la forma de juzgar las maniobras. No respetó la gran maniobra de la Curva 3. Está muy claro que esperó a que me pusiera a la par para acelerar y correrme, sabiendo que no había grip en el piano y menos en el pasto. Lo hizo tres veces: si lo hace una vez, lo podemos discutir; pero tres, es alevosía”, relató Santero, que apuntó a los 200 Kilómetros de Buenos Aires como antecedente de la irritación del rival. “Agustín Canapino decidió correr de esta manera, entiendo que a propósito. Está enojado por la última carrera que corrimos juntos en Buenos Aires, me lo hace saber y no se guarda nada en ese sentido. Se ve que tiene algún problemita personal conmigo”, sentenció el mendocino.
Las palabras de Santero no coincidieron con el discurso de Canapino. “Un carrerón, feliz de haber ganado. Una vuelta más no lo hubiera aguantado”, apuntó el campeón saliente. “Venía más rápido, pero le dejé el espacio mínimo y necesario. Él porfía para adentro y yo para afuera. Maniobras dignas de una última vuelta, aguantando por dentro, para pelear por la victoria”, la explicación del poleman, acerca de la acción que desató la polémica.
Canapino, al igual que Bernardo Llaver -el restante piloto del equipo oficial Chevrolet-, no participó de la carrera anterior, en Alta Gracia, por un conflicto gremial desatado por el sindicato de mecánicos, SMATA, en el taller de ProRacing, que atiende los autos. El regreso del arrecifeño, que en la semana participó de las pruebas de IndyCar en el autódromo Oscar y Juan Gálvez y en Termas de Río Hondo y que en 2023 se incorporará al TC PickUp, fue contundente: marcó la pole y se anotó como actor principal. Una mala largada –eligió la parte externa de la pista- lo retrasó en una carrera que ofreció múltiples situaciones en el asfalto, pero también en los boxes y con la lluvia como extra.
El campeón Pernía –su hijo Tiago se consagró monarca de la Fórmula Nacional en Concepción del Uruguay- se adueñó del primer puesto y lideró hasta que las gotas se convirtieron en un aguacero y se modificó el estado de la pista. El piloto top del Ambrogio Racing –la estructura se coronó en TC2000 y en TC2000 Series en el campeonato de Pilotos, Marcas y Equipos- se despistó y le abrió la puerta a la batalla entre Santero y Canapino, que tuvo un primer episodio cuando el arrecifeño ensayó una superación y el mendocino le devolvió la maniobra.
La apuesta de riesgo del rionegrino duró un suspiro y apuró el polémico desenlace entre Canapino y Santero, que definieron los comisarios deportivos. “Va a ser recargado Canapino con un puesto, así que el ganador va a ser Santero. Se corre al límite, es la última vuelta, pero en la última maniobra de la entrada a la recta opuesta ese primer toque, para nosotros, no deja lugar para que Julián doble por fuera y determinamos que Agustín sea recargado con una posición”, comentó Nicolás Iglesias, que junto con José Luis Raimondo fueron los encargados de analizar la maniobra.
El ganador del Gran Premio Coronación de TC2000 se definió después de la bandera a cuadros. El campeón de la categoría, en la fecha anterior, en Alta Gracia, se consagró después de la decisión de los comisarios deportivos de sancionar a Barrio. Las carreras dejaron de definirse con la bandera a cuadros.
Alberto Cantore