Noche fatal de Boca en Brasil: jugó con diez y erró el último penal de la definición

El Boca de los milagros estuvo a punto de concretar una nueva hazaña, pero recibió de su propia medicina y quedó eliminado por penales de la Copa Sudamericana
Merentiel no encuentra consuelo: el uruguayo falló el último penal y Boca quedó fuera de la Copa ante Cruzeiro

Con diez hombres desde los 12 segundos por la increíble expulsión de Luis Advíncula, y tras forzar de manera heroica la definición desde los 12 pasos, el Xeneize cayó 5-4 en la serie decisiva y se despidió demasiado rápido del principal objetivo de la temporada.

La noche en la que Boca aseguró su boleto al Mundial de Clubes de 2025 terminó con el equipo derrotado y fuera de la Copa Sudamericana. El Xeneize se repuso de manera épica a la expulsión más rápida que se tenga registro por competencias Conmebol. Antes de los 15 segundos, el peruano llegó tarde a un cruce en mitad de cancha y le asestó un pisotón criminal al capitán de Cruzeiro, Lucas Romero. El colombiano Wilmar Roldán, mismo árbitro que había expulsado a Frank Fabra en la semifinal de la Libertadores 2020 y en la final de la 2023, también frente a rivales brasileños, oyó el grito de dolor del ex Vélez y, con el aval del VAR, le mostró al peruano su primera roja en Boca.

La expulsión obligó a Martínez a rearmar la defensa con el ingreso de Figal por Martegani -que dejó la cancha sin siquiera tocar el balón- y sumar a Merentiel a la línea de volantes, con Giménez como único 9. Con diez jugadores en cancha y 89 minutos por delante, Boca se paró 4-4-1 y apostó todas sus fichas a conservar la ventaja en el global. Sin embargo, el 1-0 de Cruzeiro volvió a quemarle los papeles. Tras un error de Figal en la salida y un rebote corto de Chiquito Romero, Matheus Enrique anticipó a Marcos Rojo y definió de primera para dejar la serie igualada.

La eliminación de Boca en Brasil

La roja a Advíncula y el empate de Cruzeiro dejaron grogui a Boca, que no hacía pie en el Mineirao y sufría cada embate del conjunto local, en especial con los desbordes de Luis Díaz (dirigido por Martínez en Estudiantes de Buenos Aires), que explotaba sistemáticamente la espalda de Merentiel. Boca, para colmo, desaprovechó una chance clarísima en los pies de Zenón -reemplazado en el segundo tiempo- y sufrió una nueva caída de su arco antes de los 20 minutos de juego.

De la enésima incursión de Díaz en ataque -la pelota pareció irse al saque de arco antes del rechazo de Lema- llegó un nuevo córner a favor de Cruzeiro y, tras una serie de rebotes, el sablazo de sobrepique de Walace, imposible de atajar para Romero. Un golpe duro, pero no de nocaut.

Porque Boca pasó el sofocón y fue a buscarlo con vergüenza e hidalguía. Sin Advíncula y sin Cavani, que se quedó en Buenos Aires por lesión, el Xeneize fue al frente en el Mineirao y llegó al descuento con una corajeada de Giménez, el sucesor del Matador. Boca también tuvo la suerte de su lado, porque Díaz estrelló una tijera en el palo y un remate de Pereira rozó el poste y viboreó sobre la línea, donde logró despejarla Lema.

Boca creció en el segundo tiempo y hasta tuvo sus chances para empatarlo. Martínez pobló el mediocampo y plantó batalla ante un Cruzeiro timorato que, a pesar de tener un hombre más, no logró imponerse en el juego. Avanzó mucho, pero atacó poco. Y cuando lo hizo, Romero se vistió de héroe. En el final, Zé Ivaldo le ahogó el grito del empate sobre la raya a Merentiel y estiró la definición a la serie de penales.

El penal de Merentiel

Como diría Valdano, Boca nadó 90 minutos y se ahogó en la orilla. Chiquito Romero, héroe del mil batallas, no contuvo ningún penal. William, Matheus Enrique, Marlon, Di Neno y Barreal convirtieron los cinco penales para el local en un Mineirao enmudecido. Rojo, Lema, Figal y Blanco (todos defensores) acertaron para Boca, y Merentiel, el único delantero, remató muy alto.

Boca pagó cara la diferencia de un gol en la ida y dilapidó una chance única de sumar un nuevo título. El rival de Cruzeiro en cuartos será Libertad de Paraguay, mientras que en semis esperaban Lanús o Deportivo Independiente Medellín. Boca lleva 17 años sin títulos internacionales: la última consagración fue la Recopa Sudamericana ante Arsenal, en 2008.

Habrá que ver qué sucede con Diego Martínez, que dependía de una buena actuación en la Copa para revalidar sus credenciales al frente del equipo. El equipo dio la talla en Brasil, pero clasificó por la ventana al cuadro principal (debió jugar un repechaje con Independiente del Valle) y quedó afuera en octavos mientras River avanza en la Copa Libertadores. La última palabra será de Riquelme, que en su quinto año al frente del fútbol no puede sacarse la espina de conquistar su primer trofeo internacional. En Brasil, donde Boca escribió las páginas más doradas de su historia, los penales le dieron la espalda. Y ahora la temporada quedará demasiada larga…
Leandro Contento

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