“Crecí viendo las lágrimas de mi hermano en sus ojos cuando no podía hacer nada. Crecí viendo como lo miraba la gente, o como lo trataban otros niños…
Por: Emmanuel Baldo
«Como su hermano mayor, yo sentía la responsabilidad de apoyarlo y decirle que nunca se diera por vencido, pero en realidad fue él quien me inspiró por todo el esfuerzo que hacía para lograr moverse”.
Estas palabras salieron de la boca del nada más y nada menos que el siete veces campeón del mundo de la Fórmula 1, Lewis Hamilton, quien en una emotiva entrevista realizada en 2016 en el programa In depth with Graham, resumió a la perfección la historia de superación de su hermano Nicolas, siete años más chico.
Si el camino del británico para hacerse con un lugar en la competencia automovilística más importante del mundo fue complicado (marcado por la discriminación racial y los problemas financieros de la familia, que incluso llevaron a su padre Anthony a hipotecar su casa para cubrir los costos), el de Nic, atravesado por una enfermedad congénita, fue aun más complejo.
Nicolas Hamilton, hijo de Linda y Anthony (el segundo matrimonio del padre), nació con una parálisis cerebral que afecta las piernas y todo el sector derecho de su cuerpo así como también el orbital de uno de sus ojos, el cual se mueve de forma independiente.
“Fui un bebé prematuro, sietemesino, y me diagnosticaron parálisis cerebral al nacer. Un trastorno que afecta al cerebro. El lado derecho del mío está parcialmente dañado. La parálisis cerebral tensa tus músculos. Vivir con ella es una batalla constante. Tengo que trabajar un montón de cosas con fisioterapia y también mantenerme fuerte mentalmente”, explicaba Nicolas en mayo del 2016 en Inspired to drive, un cortometraje sobre su vida.
A los 18 meses de su nacimiento, los médicos le comunicaron a la familia que el pequeño tendría que vivir sentado en una silla de ruedas producto de la enfermedad, lo que provocó que su infancia fuera sumamente dolorosa, atravesada por el bullyng de sus compañeros en la escuela. Un padecimiento que, lejos de hundirlo, fue lo primero que le dio fuerzas para salir adelante.
“En la escuela me hacían bullying por mi silla de ruedas”, recordaba Nicolas en diálogo con el podcast In The Pink, antes de revelar una anécdota de aquel entonces en la que, envuelto en un manto de tristeza, no dudó en acudir a su hermano mayor para pedirle un consejo: “¿Qué hago Lewis?”. “Solo tienes que ser tú mismo. Si la gente se burla de tu silla de ruedas, ¿por qué no la haces increíble?”, le respondió.
“Lewis me enseñó a hacer willys y otras cosas en mi silla de ruedas, casi me convertí en el Tony Hawk con ella, como el skater. Empecé a saltar desde los escalones y a intentar ser cool. Eso me ayudó a superarlo. Fue un momento de formación de carácter para mí, así que me alegro de haber pasado por ello”, destacó Nic.
No fue hasta los 17 años que Nicolas pudo empezar a caminar sin ayuda después de un arduo trabajo para fortalecer sus piernas con sesiones de fisioterapia permanentes y una gran fuerza de voluntad impulsada por su gran deseo: ser piloto de carreras como su hermano mayor.
Un sueño que desde el inicio parecía estar fuera de su alcance, sobre todo después de lo que ocurrió cuando tenía siete años y su padre le dio la oportunidad de subirse a un karting asumiendo el riesgo que eso conllevaba. Fue entonces que en un estacionamiento a las afueras de Londres se sentó frente al volante de un monoplaza, pero las cosas no saldrían como él esperaba.
“Le atamos los pies a los pedales porque no llegaba bien a ellos. Creo que ni siquiera había aprendido a acelerar y frenar correctamente. Unos segundos después de apretar el acelerador golpeó con un costado del aparcamiento y su kart volcó, empezó a rodar y desapareció zanja abajo”, comentaba Anthony años más tarde, con una sonrisa en el rostro. “Después de eso, mis padres dijeron ‘olvídate de las carreras’. Creo que mi madre solo quería cuidar de su hijo discapacitado”, agregó Nic sobre ese episodio.
Pero eso no iba a suceder, mucho menos teniendo como hermano a un múltiple campeón de Fórmula 1. La adrenalina corría por sus venas al igual que su pasión por los motores. Finalmente, diez años después, tras ponerse de pie y comenzar a caminar por su cuenta, volvió a la carga.
“Atosigué a mi padre durante semanas: ‘¿Puedo subirme a un coche de carreras?’ y me dio una nueva oportunidad. Fui a la escuela de conducción de Jonathan Palmer y en cuestión de días conseguí ser un segundo más rápido que el profesor.
El ya adolescente de 18 años pasó de ganar carreras y un título en el mundo del automovilismo virtual (en 2009 conquistó el Campeonato Británico) a competir en la Clio Cup (torneo monomarca más complejo del Reino Unido): “En cuatro meses pasé de jugar en el simulador a poder conducir un coche”, comentaba emocionado un tiempo después.
“El automovilismo me dio un propósito. Una razón para superar mi condición”, explicó a BBC sobre aquel momento que marcó un punto de inflexión. Había alcanzado su meta, ahora tocaba transitarla de la mejor manera.
Fue entonces que en 2011 debutó como piloto con el equipo Total Control Racing y, como a lo largo de toda su vida, Lewis Hamilton no quiso perderse uno de los momentos más importantes de su hermano: “No puedo imaginarme lo orgulloso que está mi padre, pero yo estoy increíblemente orgulloso. Estuve sonriendo durante toda la carrera”, manifestó aquel día el británico, que por esas fechas ya había cosechado el primero de los siete títulos que hoy posee en la Fórmula 1 ( En 2008 con McLaren).
“No creo que se dé cuenta de lo importante que es para mí. Estoy muy orgulloso de él”, aseguraba Nic con respecto a su hermano. “Todavía no me lo puedo creer: ¿Quiénes somos nosotros para tener semejante efecto sobre la gente? Somos una familia normal”.
Tras dos temporadas en esa categoría, en 2013 disputó cinco carreras en la Supercopa Seat León (que acompaña al reconocido Campeonato Europeo de Turismo ETCC), mientras que en 2015 participó con un Audi S3 en otros cinco eventos del Campeonato Británico de Turismo junto al equipo AmD Tuning, en donde se convirtió en el primer piloto con discapacidad en competir.
Posteriormente, regresó a la Clio Cup por dos años más hasta que en 2019, hasta poco antes del inicio de la pandemia por coronavirus, integró el ROKiT Racing with Motorbase, donde corrió con un Ford Focus en el BTCC: “Soy un chico discapacitado batiendo a gente sin discapacidad”, decía.
Nicolas finalmente lo logró. El sueño de pertenecer al mundo del automovilismo y mantenerse ya estaba cumplido. A pesar de llevar el apellido Hamilton, el cual sin dudas le permitió abrir algunas puertas, pudo separar su carrera como piloto ligada a la de su hermano, al punto de conseguir sus propios patrocinadores y convertirse en protagonista de distintas portadas periodísticas.
Una de ellas fue la de la edición británica de Men Healt en julio del 2020, en la que compartió un emotivo mensaje: “Pasé mi adolescencia en una silla de ruedas. Era débil, no podía caminar, me sentía poco atractivo y simplemente me etiquetaban como una persona con discapacidad, y así era menospreciado. Han pasado 15 años y me presento como un chico de 28, fotografiado para la revista Men’s Health UK como una persona con discapacidad y no podría estar más orgulloso”.
En paralelo a su amor por las pistas y los monoplazas, el británico también creó la primera academia de carreras del Reino Unido para conductores con discapacidad, la TEAM BRIT, cuyo objetivo como lo detalla la web, es “inspirar a las personas con discapacidades, trastorno de estrés postraumático y problemas de salud mental”, a obtener la licencia profesional para conducir de forma competitiva.
“Cuando sea demasiado peligroso para mí correr, me detendré. Correr es mi vida, es por lo que me levanto en la mañana, es por eso que trabajo tan duro para asegurarme de que estoy lo suficientemente fuerte y en forma para competir con cualquiera”, afirmó a Racing News 365
“Quiero seguir contando mi historia, asumiendo aún más desafíos y, de esa manera, convertirme también en una figura pública fuera del automovilismo. Ciertamente veo potencial en eso. Por ahora quiero centrarme en mi carrera como piloto, pero si también tuviera la oportunidad de inspirar a la gente, sería perfecto para mí. Puede que no tenga todas las respuestas a las preguntas de todos, pero vivo para poner una sonrisa en el rostro de la otra persona“, sentenció.
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