Motos GP: sensacional definición en el circuito de Silverstone

Lección magistral de Alex Rins en Silverstone para derrotar a Marc Márquez en una espectacular batalla.

El piloto de Suzuki ata la segunda victoria de la temporada y el de Honda claudica, por segunda vez consecutiva, en la última curva de la carrera. El duelo Rins-Márquez fue vibrante, esta vez en la pista, y no como en Berno, cuando saltaron chispas en la recta de boxes y, luego, Rins le dedicó unas ofensivas declaraciones a Márquez.

En Silverstone, Rins jugó sus cartas de manera brillante. «Estoy hiperfeliz, ha sido una carrera increíble», reconocía el ganador. En la penúltima vuelta, trató de adelantar a la Honda por fuera, una trazada que parecía imposible. Márquez logró conservar el liderato pero, apenas dos minutos después, de nuevo en la última curva, Rins contraatacó. Esta vez se metió por el interior de la trazada, y ganó. Una victoria de mérito para Suzuki. Y una segunda plaza que, pese al disgusto en caliente del de Cervera, «da rabia», confesaba al acabar, es oro, porque se distancia a 78 puntos de Andrea Dovizioso.

La carrera arrancó con una escena escalofriante. Fabio Quartararo, que partía desde segunda fila, llegó a la primera curva apresurado para no perder comba con Márquez, Rins y Rossi, los más rápidos tras el semáforo verde. El rookie francés aceleró en medio del ángulo, con la moto aún tumbada, y la Yamaha lo catapultó al suelo. Andrea Dovizioso venía desde atrás, salía séptimo, y trató de esquivar la moto del francés, que se deslizaba por el asfalto echando chispas, pero el encontronazo fue inevitable. La Ducati terminó en llamas y el italiano se llevó un duro golpe y un trompazo anímico. Otra vez cero puntos, igual que en Cataluña y, como entonces, derribado por un error ajeno. Si no lo estaba ya, el mundial se pone muy cuesta ariba para el de Ducati.

Sin Dovi ni Quartararo en pista, y con Rossi perdiendo fuelle a cada vuelta, Alex Rins se erigía en el principal rival de Márquez. La Suzuki trazaba ágil y ligera en las curvas encadenadas de la pista británica. En la vuelta 9 Rins asaltó el liderato pero, al poco, el morro anaranjado de la Honda volvía a abrir carrera. Por detrás, Viñales, un enamorado de este circuito, rodaba encendido para darles caza.

A falta de seis vueltas para la meta, el box le indicaba a Rins que cambiara la configuración electrónica de su motor. Todo estaba a punto para el arreón final. Y el baile de adelantamientos de las dos últimas vueltas fue un festín. Solo 13 milésimas les separaron en la línea de llegada. Y, tras un tramo final de carrera soberbio, por los pelos no se sumó también Viñales a la jarana. A la postre, entró tercero. «Hemos dado más de lo que daba la moto», apuntó, luego. Lejos de los tres del podio, Rossi y Morbidelli.

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