Un equipo que pareció envejecer de golpe y que ni siquiera se estiró un poquito la cara con la llegada de Juan Antonio Pizzi. A este Racing se le cayeron los años encima.
Más allá de edades -claramente superiores a la de los pibes de Banfield-, la Academia se terminó de oxidar en un proceso de descomposición que comenzó en la era de Sebastián Beccacece. Con un técnico nuevo en el banco, lo que no fue novedad fue la falta de reacción que tuvo el equipo. Alarmante.
Si el Taladro no terminó goleando fue porque Gabriel Arias, como infinitas veces durante el año pasado, lo salvó del papelón. Primero mantuvo el cero con dos chances de gol que le ahogó a Alvarez. Después, con Racing ya en desventaja, tapó otros dos remates de gol. Todo, con una Academia que prácticamente no tuvo remates al arco. Apenas uno de Chancalay desde afuera del área y un penal no cobrado por una mano que evitó que un tiro libre de Rojas fuera hacia el arco de Arboleda.
Ni siquiera el esquema con el que supo campeonar Chacho Coudet le dio vida a la Acadé. Con Nery Domínguez de volante central, los problemas fueron los mismos que con BKCC. Un equipo con poca contención en el medio, volantes externos sin llegada y delanteros sin chances de gol. Arriba, el tándem Cuadra-Cvitanich hizo agua, y Miranda y Rojas fueron totalmente intrascendentes. Lolo, encima, salió pésimo desde el fondo, con una pifia muy fea, y le regaló el segundo gol a Banfield tras una serie de rebotes.
Antes, Alexis Soto se había mandado otra macana en el 1-0. El lateral izquierdo, justo cuando el conflicto de Mena está en el tapete, se dejó comer la espalda por Alvarez, que se fue derecho al gol. Soto terminó siendo el peor de la cancha con una actuación flojísima.
Los cambios de Pizzi tampoco movieron la estantería. Ni Lovera ni Melgarejo le dieron agresividad a la delantera y apenas Chancalay, con ese remate, mostró algo diferente. Reniero, quien arrastra una pubalgia desde la pretemporada, fue amonestado apenas ingresó a la cancha y más de una vez ni siquiera pudo parar la pelota.
¿A qué se puede aferrar el hincha de Racing? Sin sobrar nada, hay algunos elementos que pueden generar cierta frescura. El pibe Aníbal Moreno, por caso, puede darle más intensidad y llegada al área al mediocampo, Mena (si arregla su contrato) más solidez defensiva y Chancalay más movilidad. A esta Academia, que tiene Copa Libertadores, le hace falta un buen lavado de cara y algo más. Porque con actuaciones como la Banfield no llegará muy lejos. ¿Banfield? Una marca registrada que ya es garantía de éxitos. Pibes y más pibes. Compromiso, fútbol e intensidad. Con eso le alcanzó para ganarle bien a un equipo vetusto.