Que la pandemia de coronavirus demolió al deporte mundial, que recién puede asomar la cabeza con espectáculos sin público o con una capacidad muy limitada, es una parte de la historia.
Sucedió. Claro que hubo y hay un campeón mundial que no se quedó quieto y se llenó los bolsillos en plena hecatombe sanitaria. Así como el ajedrez demostró que su modalidad online lo potenció como nunca en su historia, Magnus Carlsen, el rey de los trebejos desde hace una década, arrasó en campeonatos y en premios monetarios.
Con su consagración en el Norway Chess, el primer súper campeonato cerrado disputado cara a cara entre grandes maestros, el noruego, número uno del ranking mundial desde julio de 2001, conquistó su décimo título en el año, nueve de manera virtual, y embolsó 556.450 dólares. Una cifra que apenas pudieron ganar 38 tenistas hombres en los torneos de singles de una temporada cortada por la pandemia.
Carlsen y el mundo del ajedrez se dieron cuenta enseguida de que esto iría para largo y asumieron que la facilidad de jugar online se traduciría en más usuarios en las plataformas y en más espectadores posibles para torneos entre la elite. Lo contó Clarín en un informe especial con cifras inéditas. El número uno, rápido para los negocios, armó el Magnus Carlsen Invitational en alianza con Chess24.com. Fue un éxito. Y lo ganó. Y depositó en su cuenta bancaria unos 70 mil dólares en mayo.
Luego de quedarse con el Memorial Steinitz y 4.500 dólares, perdió la semifinal del Lindores Abbey ante el estadounidense Hikaru Nakamura pero se llevó 15 mil verdes más. De ahí en adelante, fue una máquina de ganar y de recaudar dólares en torneos a ritmo rápido o blitz.
Carlsen conquistó el Clutch Chess International (75.000), el Chessable Masters (45.000), el torneo Legends of Chess (45.000) que disputó con Vladimir Kramnik, Viswanathan Anand y Vassily Ivanchuk, entre otros, y la Gran Final de su Magnus Carlsen Chess Tour, con 140.000 dólares para su caja de ahorros.
Organizado por el Saint Louis Chess Club, se escribió historia pura en el Chess 9LX, torneo jugado con el sistema Fischer Random, porque nada menos que el ruso Garry Kasparov volvió a competir y Carlsen no le pudo ganar. El título lo compartió con Nakamura y ambos se llevaron 31.250 verdes. Lo mismo pasó con el estadounidense Wesley So en el St. Louis Rapid & Blitz, con 45.000 cada uno. Y el último triunfo virtual fue en el Chess24 Banter Series (12.000).
Terminó la virtualidad, pero no terminó el dominio del rey Magnus. En Stavanger, la cuarta ciudad más poblada de su Noruega natal y con televisación en directo en un país que lo idolatra, Carlsen se coronó en el Norway Chess una fecha antes del final, gracias a su triunfo frente al adolescente prodigio Alireza Firouzja, iraní exiliado en Francia.
Allí embolsó sus últimos 73.700 dólares de esta seguidilla triunfal, pero allí también sufrió dos golpazos. El polaco Jan-Krzysztof Duda lo venció en la quinta ronda con blancas y le quitó un invicto en partidas a ritmo pensado que llevaba 125 partidas (42 victorias y 83 tablas) y 802 días. Más de dos años habían pasado desde que el azerí Shakhriyar Mamedyarov lo venciera con blancas en 57 movidas de una Defensa India de Rey, en el Festival de Biel, el 31 de julio de 2018.
Y el viernes, en la última rueda, el segundo golpe lo sufrió al caer ante el armenio Levon Aronian en su primera derrota con blancas a este ritmo desde diciembre de 2017, después de 88 partidas (40 triunfos y 48 tablas), tal como reseña el periodista especializado Tarjei Svensen.
Vaya si aprovechó Carlsen la actividad ininterrumpida del ajedrez durante la pandemia. Sus 556.450 dólares ganados sólo en premios tienen un valor enorme si se lo compara, teniendo en cuenta las salvedades obvias, con los tenistas. De acuerdo al último ranking de ganancias de la ATP, publicado el lunes 12 de octubre, apenas 38 jugadores ganaron más dinero que Carlsen durante el año en torneos de singles.
Novak Djokovic encabeza este escalafón con 5.926.959 dólares en premios, seguido por Dominic Thiem (5.114.678), Rafael Nadal (3.278.577) y Alexander Zverev (2.738.591). Décimo en ganancias en singles figura Diego Schwartzman, luego de sus semifinales en Roland Garros, con 1.291.934. Y en el 38° puesto se ubica el japonés Yoshihito Nishioka (580.784), quien este año ganó 11 partidos y perdió 10, con la final en Delray Beach como mejor resultado.
Nadie puede desbancar a Carlsen del número uno del ranking de ajedrez desde hace 9 años y tres meses. Es campeón mundial a ritmo clásico desde noviembre de 2013, cuando le quitó el título a Anand en la mismísima India por 6,3 a 3,5. Y defendió tres veces su cetro: ante Vishy en 2014, ante el ruso Sergey Karjakin en 2016 y ante el ítalo-estadounidense Fabiano Caruana en 2018.
Sin contar esos cuatro duelos ni los tres títulos mundiales a ritmo rápido ni los cinco en modo blitz, de acuerdo a Svensen, quien le sigue los pasos, Carlsen ganó 36 súper torneos cerrados, incluyendo 7 en Wijk aan Zee, 4 en Shamkir y en Londres, 3 veces el Norway Chess y la Copa Sinquefield Cup, y 2 el Grenke Chess.
Magnus Carlsen, una máquina de ganar. Y de facturar en plena pandemia.
Hernán Sartori
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