Los Pumas cayeron frente a la representación sudafricana

Pese a una reacción en el segundo tiempo, perdieron por 36-20 y se esfumó la ilusión de pelear por el título
Juan Martín González es tackleado por Jaden Hendrikse, de Sudáfrica, durante el partido válido por la quinta fecha del Rugby Championship que se disputó en el estadio de Independiente Rodrigo Néspolo - LA NACIÓN

Por un instante pareció que la hazaña era posible. Los Pumas se habían repuesto de un mal primer tiempo, se habían acercado a dos puntos, jugaban con dos jugadores más y la cancha estaba a punto de ebullición.

Por, Alejo Miranda

Hubiera sido otro capítulo memorable en la historia de este equipo, forjado en base a entrega y superación de las adversidades. No sirve quedarse en el tiempo potencial. En los últimos 10 minutos Sudáfrica demostró por qué son los campeones del mundo y se quedó con la victoria.

Un muy mal primer tiempo, en el que varias veces cayeron en ese espiral de penales en contra que tanto los perjudica y en el que no fueron agresivos con el tackle, terminó costándoles a los Pumas la derrota por 36-20. La reacción del segundo tiempo permanecerá en la anécdota de los hinchas que volvieron a ver al equipo en Buenos Aires después de tres años y se quedaron con un gran espectáculo en las retinas, pero no fue suficiente para disimular las falencias de la mayoría de los 80 minutos.

El triunfo con punto bonus (logrado en la agonía del partido) deja a los Springboks en la cima del Rugby Championship 2022 junto a los All Blacks, con una fecha por jugarse. Los Pumas, que con un triunfo se habrían dado una oportunidad histórica de llegar a lo más alto, quedaron a cinco unidades de la punta y, aunque mantienen una posibilidad matemática mínima, virtualmente se despidieron del campeonato.

Es difícil aferrarse a esos momentos de dominio y algarabía general cuando el resultado final marca otra realidad y, en definitiva, refleja lo ocurrido durante los 80 minutos. Pero en el camino a largo plazo que transita este seleccionado con destino final en Francia 2023, no es un aliciente menor. El alma de este equipo no se debe menospreciar.

Durante media hora, los primeros 30 minutos del segundo tiempo, los Pumas lograron doblegar a los campeones del mundo. Agresivos en defensa, vertiginosos en ataque, forzaron penales, lograron quiebres y pasaron de estar 22-6 a 22-20. Con dos jugadores más todavía por unos minutos, los Pumas tuvieron la chance de pasar al frente, pero en una jugada se terminó el partido: Santiago Carreras fue al choque, Elrigh Louw pescó la pelota y ganó un penal que derivó en el try que sentenció el partido.

Fueron 30 minutos en que los Pumas hicieron valer el apodo que se ganaron en base a garra, entrega y sacrificio, y que reverdeció en lo que va del ciclo Cheika y le permitió resultados resonantes aun sin estar del todo fino en cuestiones técnicas y tácticas. No alcanzó, pero fue un buen momento de comunión con los 32.500 espectadores presentes en la cancha de Independiente en el primer partido en Buenos Aires en tres años y el último en la Argentina por los próximos 10 meses. En los 10 minutos finales, Sudáfrica jugó mucho mejor el ruck, tanto defensivo como ofensivo, y a partir de allí recuperó el control que había tenido en el primer tiempo.

La diferencia, en definitiva, fueron esos primeros 40 minutos. Los Pumas no tuvieron la agresividad necesaria en defensa para contener los avances de los Springboks, que progresaban en el terreno demasiado fácil cada vez que se lo proponían. El punto más bajo fue cuando cayeron en ese espiral de penales que tanto los perjudicó en el pasado reciente y, de tanto en tanto, vuelven a repetir. Una sucesión de infracciones que derivó en dos tarjetas amarillas (Carreras y Bertranou) y tres tries para los sudafricanos, que hasta podrían haber sido cuatro de no ser por una intervención del TMO. Fueron 12 infracciones en el primer tiempo, 18 en total, con dos amarillas. Demasiado en este nivel, demasiado ante un equipo que justamente alimenta su juego a partir de estas circunstancias.

Sudáfrica tenía el juego donde quería. A pesar de que el medio-scrum Hendrikse no utilizó bien el pie, la mayoría de las pelotas aéreas quedaban del lado verde. El scrum argentino no fue malo, tampoco el maul, pero en momentos clave los Springboks marcaron diferencia en esos aspectos. La mayor diferencia estuvo en el piso: Marx fue omnipotente a en la pesca de las pelotas.
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En el segundo tiempo, los Pumas salieron con otra actitud. Mucho más agresivos en defensa y mucho más vertiginosos en ataque. Asumieron riesgos y el partido perdió orden pero ganó en atractivo. El cambio de paradigma favoreció a los argentinos y fueron los sudafricanos los que empezaron a cometer penales. La gente empezó a meterse en el partido y a empujar a los jugadores. Sudáfrica resistía y ya habían pasado 25 minutos sin que se moviera el marcador, pero la solidez empezaba a flaquear.

Los suplentes entraron bien: Cubelli le dio otra dinámica al equipo, Gallo fue un toro yendo para adelante, Moroni aportó la chispa de siempre en ataque y defensa, Sclavi mejoró el scrum.

Primero vio la amarilla Le Roux, enseguida los Pumas lograron un try-penal por un tackle al cuello de Kwagga Smith, que también fue amonestado y dejó a su equipo con 13. Con el partido 22-13, los Pumas salieron a buscarlo y de inmediato consiguieron otro try, en buena combinación entre Kremer y Moroni.

Fue el mejor momento del partido y, en desventaja por dos puntos, con la cancha hecha un hervidero, parecía había un buena chance de darlo vuelta. Un par de errores en el ruck terminaron definiendo el partido para el lado de los campeones del mundo.

Los dos equipos volverán a verse las caras el próximo sábado en Durban para el cierre de un Rugby Championship que todavía tiene sorpresas por deparar.

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