Nadie ganó más que él. Lionel Messi fue elegido una vez más como el mejor jugador del mundo y conquistó un Balón de Oro que quedará en la historia: es el sexto, el que lo ubica como el más laureado de todos los tiempos. Una década después de haber conseguido su primer Balón, el capitán de la selección argentina volvió a dominar en la votación que realiza la revista France Football.
«Quiero agradecer a los periodistas que votaron y me hicieron merecedor de este premio. También a mis compañeros, tanto de Barcelona como de la selección, quienes me hicieron pasar un año grandioso. Todos ellos son parte de este reconocimiento. Recuerdo que hace 10 años, cuando recibí el primer Balón, vine con mis tres hermanos. Era todo impensable lo que iba a pasar. Ahora es todo muy especial, vengo con mis tres hijos y mi esposa. Como dice mi mujer, sigo soñando, disfrutando del fútbol. Intento superarme cada año, seguir mejorando. Nunca me conformo, más allá de los premios individuales, lo importante es lo grupal. Me preparo para ganar todo, aunque es claro que no siempre se puede. Ojalá me queden varios años, aunque soy consciente de la edad que tengo y se va acercando el momento de la retirada. Es difícil, si bien me quedan varios años, el tiempo vuela», dijo Messi tras recibir el Balón de Oro de Luka Modrid, ganador en 2018.
Didier Drogba, uno de los conductores de la ceremonia realizada en el Teatro de Chatelet, de París, le puso un poco de suspenso al anuncio, mientras abría el sobre y Messi bajaba la cabeza en la platea, sentado entre Robert Lewandowski y Virgil Van Dijk, a quien saludo antes de subir al escenario. Le acercaron una silla a Messi para que presenciara el video familiar que le había preparado la organización, con mensajes de su esposa, Antonella Rocuzzo; su hijo mayor, Thiago, y el del medio, Thiago, mientras Ciro, el más chico, estaba con chupete en brazos de la madre.