Tras la obtención de la Copa Argentina en diciembre, el DT dijo que en junio evaluaría su continuidad al frente del equipo.
Por Gustavo Yarroch
En plena euforia por la obtención de la Copa Argentina, Marcelo Gallardo soltó una frase impensada, fuera de registro, en el Malvinas Argentinas de Mendoza. Después del 3 a 0 ante Central Córdoba de Santiago del Estero, el técnico dijo que en junio iba a evaluar si seguirá al frente del plantel, con lo cual acortó a seis meses el plazo que solía ponerse para determinar su estadía en el cargo. Hasta entonces, el mes de diciembre era el momento del año en el que el Muñeco analizaba si estaba con energías para seguir siendo el técnico de River. Y aquella frase en Mendoza le puso un pequeño freno a la alegría riverplatense en la noche del 13 de diciembre de 2019.
El 27 de febrero, a Gallardo se le escapó un comentario que fue interpretado como un guiño de que en junio decidirá continuar en su cargo. “Necesitamos saber con qué jugadores vamos a contar el semestre que viene”, expresó ante una consulta sobre el futuro de Ignacio Scocco, a quien en junio se le vencerá el contrato y es pretendido por Newell’s. El contrato del Muñeco con el club de Núñez vencerá en diciembre de 2021, en coincidencia con la finalización del segundo mandato de Rodolfo D’Onofrio al frente de la institución.
A los dirigentes de River se les dibujó una mueca completa de alegría, una sensación de alivio, ante el reciente pedido que les hizo el entrenador: la construcción de una cancha de padel en el predio del club en Ezeiza. “Para nosotros es una clara señal de que tiene pensado seguir al menos un año más. No va a pedir la construcción de una cancha de padel para irse a los seis meses…”, reflexionó uno de los dirigentes con mayor peso en la Comisión Directiva en diálogo con Infobae. La obra, que comenzó un mes atrás, ahora está detenida porque las puertas del River Camp, el predio de River en Ezeiza, están cerradas en prevención por el avance del coronavirus.
En sus tiempos de ocio, al Muñeco le gusta jugar al tenis, al golf (hasta la aparición con fuerza del coronavirus, solía hacerlo los días viernes con Rodolfo D’Onofrio, Enzo Francescoli y Matías Patanian) y al padel. Juega a esos deportes a modo de hobby y también para desenchufarse del desgaste mental que significa dirigir a un equipo que en los últimos cinco años y medio peleó casi todas las competencias que disputó, con la obtención de once títulos, siete internacionales y cuatro copas nacionales. “Parece mentira, pero Marcelo juega bien a las tres cosas: al tenis, al padel y al golf. Es muy competitivo y no te regala nada”, afirma uno de los integrantes de su cuerpo técnico.
En la última pretemporada del plantel profesional, Gallardo aprovechó que en el Chapelco Golf & Resort, el complejo donde se alojó el plantel en San Martín de Los Andes, hay una cancha de golf, diseñada por el estadounidense Jack Nicklaus, para despuntar el vicio más de una vez.
Antes de fin de año, posiblemente tenga la chance de jugar al padel a metros de la oficina que tiene en el predio de Ezeiza. Pero eso ya dependerá de los tiempos que imponga el coronavirus, ese flagelo.