El auspicioso estreno de Valentín Barco, de apenas 16 años, fue una de las notas destacadas en el comienzo de Boca en el Torneo 2021.
El defensor lateral izquierdo xeneize se convirtió en el futbolista más joven del campeonato argentino. Detrás de este camino hacia el profesionalismo aparece una historia repleta de esfuerzos familiares. Momentos en los que a veces hasta no había para comer. “Él partía su sándwich y me daba la mitad porque sabía que yo tenía hambre”, contó la mamá del chico oriundo de 25 de Mayo.
Barco fue uno de los jugadores más importantes de Boca en el 1-1 contra Unión en Santa Fe. Nacido el 23 de julio de 2004, Valentín comenzó con buen ritmo marcando en su banda y explotando su velocidad cuando lo buscaron en posiciones ofensivas. Tuvo una positiva primera etapa y participó en la jugada del gol del 1-0, propiciado por Agustín Obando.
Con 16 años, 11 meses y 23 días, Barco se convirtió en el cuarto de los debutantes más jóvenes en la historia de 116 años de la primera división del club, detrás de Denny Ramírez, Leandro Paredes y Víctor Romero. “Fue un esfuerzo enorme para mí y para toda mi familia, para todos los que me acompañaron. Vengo peleándola desde muy chico; estoy desde los 8 años en Boca. Ojalá sea el comienzo de una muy linda carrera. Ahora tengo que seguir metiéndole con todo”, dijo Valentín tras el empate en el partido inaugural de la liga argentina.
El jugador está en Boca desde 2013, y desde entonces cambió su posición. Del ataque (comenzó como delantero en Sportivo de 25 de Mayo) pasó al lateral izquierdo de la defensa. La primera prueba le fue tomada por un especialista en divisiones menores: Ramón Maddoni. Su veloz lucimiento le permitió trepar desde la novena hasta la primera en apenas cuatro años y llegar a las selecciones argentinas: ya integró los equipos nacionales sub 13 y sub 15.
Walter y Patricia, los padres del juvenil, se mostraron emocionados por el debut. Y dieron a conocer la sacrificada historia familiar para que Valentín pudiera crecer en el deporte que ama. “Hubo mucho esfuerzo. Había días en que sólo teníamos para viajar. Nos privamos de un montón de cosas para que él pudiera cumplir su sueño. No tengo vergüenza en decirlo porque somos una familia humilde. Había días en que sólo teníamos para viajar y no para comer”, explicó el papá en el programa Presión alta, de TyC Sports.
Durante tres años Barco no tuvo lugar en la pensión boquense. Eso lo obligó a recorrer cuatro veces por semana los 230 kilómetros que separan La Boca de su 25 de Mayo natal. “A veces yo le explicaba que teníamos plata sólo para el gas y los peajes. No tenía nada para llevar para comer. Él me decía: «vamos, mamá. No importa». Después, al regreso, salíamos de La Candela, donde le daban un sándwich y un juguito, y subíamos al auto. Valentín preparaba el mate y me daba medio sándwich a mí. Me decía: «yo sé que vos tenés hambre también», pero yo no se lo agarraba”, contó Patricia.
La madre del futbolista de Boca siguió relatando los esfuerzos familiares. “Bajábamos a echar gas en las estaciones de servicio y a veces, cuando hacía mucho calor, él miraba las heladeras porque quería tomar helado, pero yo no podía comprar porque no tenía. Valen, con las manitas atrás, me miraba y me decía «no importa, ma»”.
En definitiva, el chico cumplió su gran anhelo. Barco mostró solvencia para recuperar pelotas y dedicación para pasar al ataque. En su debut en la primera mostró tiene condiciones y argumentos como para crecer.
El Consejo de Fútbol de Boca renovó su contrato hasta diciembre de 2023 a fines del año pasado. “Fue todo muy rápido. Pasé de la séptima a la reserva y, en medio año, a la primera. Tuve que ir acoplándome. Es un gran cambio en la vida, pero me da iniciativa para seguir mejorando y superándome día tras día”, dijo en TNT Sports. “Boca tiene un plantel hermoso. Son todos muy compañeros. Me apoyaron desde el día en que subí. Y todos me ayudaron para que fuera un gran debut”, concluyó.