Hubo disturbios frente a la Casa de Gobierno y en los alrededores de la Plaza de Mayo.
Después de una jornada de amor, tristeza, homenaje e incidentes en el velatorio de Diego Armando Maradona realizado en Casa Rosada, su cuerpo fue sepultado en el cementerio privado Jardín de Bella Vista. El último adiós se lo dieron familiares y amigos, en una ceremonia íntima.
El féretro fue llevado hasta su morada final por dos de las hijas del ídolo, Dalma y Jana; su hermano Lalo; su sobrino Daniel López Maradona y su exrepresentante Guillermo Coppola. Entre otros integrantes de su círculo más cercano, también lo acompañaron Gianinna y Claudia Villafañe, a quien se la vio abrazar a una de las hermanas del Diez.
La despedida terminó de noche, bajo un gazebo y con iluminación artificial. La tumba de Maradona está junto a las de sus padres, Doña Tota y Don Diego, sepultados en el mismo cementerio en 2011 y 2015 respectivamente.
Con un operativo de seguridad desbordado, cerca de las 17 fuentes ligadas a la Presidencia confirmaron que el velatorio en Casa Rosada había finalizado abruptamente por los incidentes y media hora más tarde el cuerpo del Diez comenzó su último viaje.
Durante el trayecto de unos 40 kilómetros que realizó el cortejo, hubo fanáticos que corrieron a la par del coche fúnebre. Gritaban, lloraban. Una multitud aplaudió a su paso por la Autopista 25 de Mayo y muchos arrojaron papelitos, como si pisara de vuelta el césped de un estadio de fútbol.
Otros estacionaban sus autos solo para bajarse y verlo pasar aunque sea por un segundo, acompañado por una fuerte escolta policial.
Después de más de una hora de viaje el cuerpo del Diez llegó hasta el cementerio privado Jardín de Bella Vista, al que sólo sus familiares y amigos más íntimos tuvieron acceso.
Al fin Maradona encontraba paz. Porque su velorio en Casa Rosada había sido caótico, con desbordes que pasadas las 15.30 obligaron a retirar el cajón del salón donde la gente desfilaba desde las 6 de la mañana para despedirlo. Por los disturbios también tuvieron que evacuar a la familia del ídolo.
Luego el Gobierno informó que el velatorio se extendería tres horas (de las 16 a las 19) por la cantidad personas que esperaban para entrar, pero comenzaron los incidentes más serios, que incluyeron gases lacrimógenos en la entrada de la Casa Rosada y balas de goma en los alrededores de la Plaza de Mayo.
Tal fue el desmadre, que parte de los fanáticos ingresaron a la Rosada por Balcarce 24, que era la salida prevista del velatorio, y coparon el Patio de las Palmeras. Incluso, algunos usaron la fuente que está en el patio para mojarse la cara ante los efectos de los gases.
Pero el desborde no se ciñó sólo a la Plaza de Mayo y los alrededores la Casa de Gobierno: también hubo disturbios en la zona de la Avenida 9 de Julio, donde los fanáticos le arrojaron piedras a la Policía, que reaccionó con balas de goma y camiones hidrantes.
Más tarde, en un comunicado de Presidencia de la Nación se expresó «que el objetivo del Gobierno nacional siempre fue que pudiéramos despedir a Diego de forma pacífica, sabiendo que todo el país y gran parte del mundo está conmocionado por su fallecimiento».
Allí contaron que cuando la despedida finalizaba, varias personas que esperaban por ver al ídolo empezaron a saltar las rejas para ingresar: «Una vez que se controló de manera pacífica la situación, la familia transmitió su deseo y voluntad de dar por concluida la ceremonia».
Las puertas de la Casa Rosada se abrieron con puntualidad a las 6 de la mañana de este jueves para despedir a Diego Armando Maradona, quien murió el miércoles a los 60 años. En medio de la despedida, hubo incidentes en Avenida de Mayo y 9 de Julio.
Tras la despedida íntima de su familia y de un grupo cercano, entre los que se encontraban futbolistas, ex jugadores como Mascherano y Goycochea, los campeones del mundo de 1986 y hasta el barra brava de Boca y procesado por la Justicia, Rafael Di Zeo, comenzaron a ingresar a la Casa de Gobierno todos los que querían darle el último adiós al Diez.
Pasado el mediodía, la fila de gente que esperaba ingresar a la Casa Rosada no paraba de crecer y ya ocupaba más de 20 cuadras: desde la Avenida de Mayo llegaba a la 9 de Julio y luego se extendía hasta Juan de Garay.
Minutos después de las 13, la Policía cortó la fila en la Avenida de Mayo y 9 de Julio, y comenzó a informar que las puertas de la Casa Rosada se cerrarían a las 16 y nadie más podría ingresar. Sin embargo, la gente continúa llegando sin hacer caso al anuncio. Por eso, el Gobierno buscaba que extender el horario del velorio, pero la familia se mantenía firme con esa hora de cierre.
En medio de esas negociaciones, a las 14 se desataron incidentes y corridas. El peor final en medio del emotivo adiós al máximo ídolo del fútbol argentino.
Un amplio cordón de Infantería de la Policía de la Ciudad bloqueó el paso y disparó balas de goma al aire, mientras un grupo aislado de personas les lanzaba piedras.
Mientras tanto, la cantidad de gente que estaba a punto de ingresar terminó por vencer el control policial, por lo que las autoridades permitieron que entren y el paso frente al féretro fue más rápido. Con el correr de los minutos, la situación terminaría por desbordarse.
A las 10.50 arribó Alberto Fernández acompañado por la Primera Dama, Fabiola Yañez. Antes de ingresar a la capilla ardiente, se acercó hasta las rejas para sacarse algunas fotos con la gente que aguardaba para ingresar.
El Jefe de Estado se abrazó con Claudia Villafañe, ex esposa del astro, y con sus hijas Dalma y Giannina, y luego dejó sobre el ataúd una camiseta de Argentinos Juniors con la número 10 en la espalda y un pañuelo blanco de Abuelas de Plaza de Mayo.
Acto seguido, retrocedió unos pasos y comenzó a lagrimear mientras observaba el interminable desfile de personas que llegaron hasta Balcarce 50 para darle el último adiós a Maradona.
También se acercó al velatorio la vicepresidenta Cristina Kirchner, quien colocó un rosario arriba el féretro del futbolista. CFK envió además una corona floral que fue colocada cerca del cajón.
El velorio comenzó con algunos empujones porque inmediatamente después de que se abrieron las puertas se produjo un pequeño incidente con un grupo que intentó derribar las vallas de contención y se enfrentó a la Policía.
La transmisión en vivo mostró el féretro envuelto en una camiseta de la Selección argentina con el número 10. Pero rápidamente se sumaron camisetas de Boca y otras de la Selección, arrojadas por algunos de los primeros en pasar a despedirlo.
Llantos, aplausos, gritos de cancha y todo tipo de muestras de idolatría se escuchan en el salón y las cercanías. También algo de tensión con pequeños grupos que no respetaban el orden dispuesto por el operativo policial.
Antes de habilitar el ingreso de la gente que hizo una vigilia de horas en los alrededores de la Rosada y en la Plaza de Mayo, familiares y amigos despidieron al campeón del mundo en México ’86 en una ceremonia privada.
Claudia Villafañe, la ex esposa, y sus hijas Dalma y Gianinna habían llegado minutos antes. Verónica Ojeda, Dieguito Fernando y Jana Maradona fueron otros integrantes del círculo familiar que pasó durante la madrugada por la Casa Rosada. Diego Jr. está en Italia, internado por coronavirus.
Después de acordarlo por WhastsApp, los campeones de México 1986 desfilaron juntos en la entrada para despedir «al capitán», como lo definió Oscar Ruggeri el miércoles al mediodía, al enterarse del deceso.
Sergio Batista, Jorge Burruchaga, Ricardo Giusti, Oscar Garré y Carlos «Chino» Tapia formaron parte de esa fila. No faltó Víctor Galíndez, el masajista de la Selección.
También estuvieron Chiqui Tapia, presidente de la AFA, y Guillermo Coppola, ex representante de Maradona.
Uno de los primeros en arribar a la Casa Rosada fue Sergio Goycochea. El arquero titular de la Argentina en el Mundial de Italia 1990, además de conductor del programa «La Noche del Diez», se hizo presente antes de la medianoche del miércoles.
En representación de Boca estuvieron Carlos Tevez y Ramón Wanchope Ábila. El plantel xeneize había vuelto pocas horas antes al país, tras la postergación de su partido de la Copa Libertadores ante Inter de Porto Alegre.
A los delanteros boquenses los acompañó Rolando Schiavi, con pasado en el club de La Ribera y a quien Maradona citó a la Selección para las Eliminatorias 2010.
JPE – AFG
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