La imagen tras la derrota en el clásico de Avellaneda por 2-1 de local fue elocuente: el presidente Hugo Moyano y los dirigentes más allegados debieron resguardarse en el palco oficial durante unos largos minutos porque varios hinchas enardecidos no paraban de insultarlos desde la platea.
Volaron algunos proyectiles y hasta hubo devolución de gestos de parte del propio líder sindical y otros directivos. Independiente volvió a ser un infierno y el clima se espesó nuevamente social y políticamente.
La dirigencia señaló que todo fue una movida opositora y las caras de la oposición, Fabián Doman y Claudio Rudecindo, le pidieron la renuncia al máximo dirigente cuyo segundo mandato finalizó el 19 de diciembre aunque se prolongó por tiempo indefinido cuando la Justicia suspendió las elecciones. ¿En qué quedó el acto eleccionario? ¿Cuándo podrán votar los socios?
El Rojo vive una situación que atenta contra su institucionalidad desde fines del 2021. Tres listas habían presentado sus papeles ante la Junta Electoral para participar de los comicios: Agrupación Independiente (Moyano), Unidad Independiente (Doman) y Gente de Independiente (Rudecindo). La JE impugnó a la lista del conductor televisivo argumentando irregularidades en la documentación. Le dio un plazo para presentar nuevamente todo en regla, algo que desde el partido político cumplieron, aunque el pulgar nunca se levantó ya que lo presentado tampoco satisfizo los requerimientos de la Junta.
Doman, secundado por sus candidatos a vicepresidentes, Néstor Grindetti (Intendente de Lanús) y el periodista Juan Marconi, e impulsado por el candidato a vocal Cristian Ritondo (diputado del Pro), denunció públicamente una proscripción. Su frente, integrado por varias agrupaciones opositoras, entre ellas Agrupación Independiente Tradicional (la que puso su sello para la presentación de la documentación), acusó a la Junta Electoral de parcialidad por estar compuesta por todos miembros oficialistas y contraatacó con una batería de medidas cautelares.
Finalmente, la Justicia decidió suspender las elecciones pautadas para el 19 de diciembre hasta que no se resolviera la cuestión de fondo, es decir, comprobar si la lista de Doman está o no en regla para participar. Y desde ese momento, los hinchas y la masa societaria de Independiente están aguardando para saber cuándo podrán votar.
¿Qué tiene que pasar ahora? Todo está en manos de la Justicia. La causa está en el Juzgado N°3 de Avellaneda, en poder del juez de primera instancia Pablo Krawiec Krawczuk, quien hace unas semanas le solicitó a Personas Jurídicas de La Plata una copia certificada del estatuto del club y también de la Agrupación Independiente Tradicional. Una vez que tenga estos papeles en su escritorio, algo que debería estar ocurriendo esta semana, estará en condiciones de tomar una determinación, que podrá ser apelada.
En el medio y paralelamente, la Cámara de La Plata emitió su fallo la semana pasada favoreciendo al oficialismo, algo que ya había hecho la Dirección Provincial de Personas Jurídicas, lo cual había sido apelado. Este fallo es de carácter administrativo. En el oficialismo apretaron el puño, mientras que Doman avisó que esperaban esta resolución y que la consideran irrelevante. Lo más trascendental será lo que disponga el juez Krawiec, que deberá tomar su propia resolución.
¿Cuándo lo hará? No hay una fecha estipulada. Todo se estiró por la feria judicial de enero. La cuestión avanza, pero a paso lento. Los más optimistas esperan que en abril existan novedades. Aún existe una posibilidad de que antes de dar su veredicto, el juez intente una vez más que haya una conciliación entre Doman y Moyano, algo que hoy parece imposible, pero que de suceder agilizaría por completo el panorama.
Una vez que se dicte sentencia en primera instancia, la parte que se vea desfavorecida podrá apelar y ahí habrá que aguardar al fallo de la Cámara de Lomas de Zamora. Es decir, que los tiempos se seguirían prolongando y así todo indica que las urnas no se abrirían hasta el segundo semestre.
Mientras tanto, el club sigue en un permanente estado de ebullición. Ante cada derrota del equipo de Eduardo Domínguez, la tapa de la olla vuela por los aires y el estadio se vuelve un festival masivo de cantos de protestas que visibilizan el nivel de hartazgo de los hinchas.