El conjunto de Fernando Ferrara está exhibiendo un nivel cada vez mejor según transcurren los partidos, y la goleada por 3 a 0 ante Gran Bretaña ratificó el gran momento, para cerrar el Grupo B de una sólida manera, en el segundo puesto y apenas con un gol menos de diferencia respecto de Australia. Ambos conjuntos ganaron cuatro partidos en la primera rueda y empataron 3-3 entre sí.
Los tantos de la Argentina ante las británicas los convirtieron Valentina Raposo, Agustina Albertario y Zoe Díaz de Armas, la más chica del plantel, de 18 años. La delantera surgida en el Club Italiano venía con ganas de convertir y no se le daba la ocasión. Buscaba y no hallaba las rutas en el semicírculo rival. Sin embargo, encontró la oportunidad a los 5 minutos del último cuarto, cuando acertó con un bombazo de revés al ángulo del arco de Miriam Pritchard. Le puso la firma a un 3-0 tranquilizador y que alimenta la esperanza para meterse en la lucha directa por las medallas.
“Lo venía buscando, estaba frustrada de los otros cuartos, que no me salía nada, no me salía, no me salía… y ahora estoy recontenta… a full”, le comentaba Díaz de Armas a LA NACION, tras el partido. “Yo le quería pegar y tuve el momento. Me acomodé, saliera donde saliera. De vez en cuando se me da”, agregó la atacante rubia que se sumó a Las Leonas en enero de este año, después de haber atravesado el proceso junior, con el Mundial incluido.
Con su vincha rosa, Zoe se toma todo con naturalidad, aunque quizás todavía no haya caído respecto de la dimensión que ya alcanzó dentro el hockey sobre césped: el olimpismo, el mejor universo posible. Con el seleccionado de Buenos Aires fue campeona, tanto en el Argentino de Córdoba Sub 14 como en el de Rosario Sub 16 y el de Rosario Sub 19. Una trayectoria siempre ascendente para captar la atención del cuerpo técnico de la mayor, que la llamó a principios de este año.
Confiesa que no era muy fan de las Leonas, pero hubo una jugadora en particular que la conmovió. Y a partir de ahí, se motivó a pleno: “Sinceramente no miraba mucho hockey, pero Lucha Aymar fue mi inspiración, como persona y deportista, todo, absolutamente todo”, suspira, y anticipa lo que se viene, los cuartos de final: “Estoy tranquila en lo mental. Hay que seguir así y no desesperarse porque el equipo está bien. Venimos de buenos partidos, capaz no tanto ante Australia”.
Empezó en Club Italiano a los 7 años y ahora escucha, sobre todo, a las máximas referentes del grupo: Rocío Sánchez Moccia, Agustina Albertario y María José Granatto. “Es una locura todo esto. Por suerte viví todo este proceso con Lara Casas desde enero, cuando arrancamos”. Al término de París 2024, de acá a fin de año, se comprometió a terminar el secundario, ya que el año pasado quedó libre. “Voy a meterle a full al estudio”, jura, y disfruta de cada momento olímpico, quizás el equivalente a lo que vivió Valentina Raposo en Tokio 2020, cuando todo era una novedad para la salteña, ahora de 21 años y disputando sus segundos Juegos.
La capitana de las Leonas, Sánchez Moccia, habló de la incipiente jerarquía de Díaz de Armas. “Me pasó algo muy raro con Zoe porque la conocí en un Sub 16 del seleccionado de Buenos Aires que dirigía mi mejor amiga. Me había hablado sobre ella y cuando la vi dije ‘¡Guau!’, me llamó mucho la atención. Me parece diferente, siento que tiene mucho potencial, hambre y ganas de crecer, de estar. Se desloma por estar adelante presionando, es una piba que no para de correr y tiene un toque distinto”.
La abanderada argentina en estos Juegos siguió con la radiografía de la N° 33: “Es muy lindo verla y afuera de la cancha parece tímida, pero dentro de ella es una bestia, se saca toda esa timidez y ojalá siga creciendo como lo hace partido tras partido. Tiene una mezcla de potencia con habilidad y ‘pichulear´’, eso de encontrar el desvío en el área y estar bien parada. Quizás cuenta con el toque de Ale Gulla, la potencia de Carla Rebecchi y la habilidad de Sole García, que levantaba la pelota”.
El DT Fernando Ferrara también la describió: “Se ve enseguida que es una jugadora distinta por sus condiciones físicas, además de su naturalidad e intuición. Promete un futuro para ser de las mejores delanteras del mundo. La comparo con aquel delantero de River, Juan Gilberto Funes, que era un bailarín abajo y un búfalo arriba; ella es al revés: es un toro abajo, con mucha intensidad de piernas, y arriba tiene unas manos increíbles, porque en donde ve el espacio, se mete y no perdona. Es muy fuerte físicamente y no quisiera chocarme con ella”.
La selección argentina quedó segunda del Grupo B con 13 puntos, por diferencia de goles. Las Leonas concluyeron la zona con +9, mientras que Australia finalizó con +10 gracias a su triunfo sobre la hora por 3 a 1 ante España.
Ante la mirada desde las tribunas del tenista Andy Murray, no fue sencillo encauzar el partido para las Leonas, que no pudieron quebrar el cero hasta concluido el segundo cuarto. Necesitaban marcar diferencias claras para ampliar la diferencia de goles en la puja del primer puesto contra Australia. Incluso, tuvieron que soportar algunos córners cortos de las británicas. El rumbo del partido no era del todo claro, e incluso se corría el peligro de recibir un tanto que obligara a emprender un duro camino cuesta arriba, más allá de que la clasificación para los cuartos de final está asegurada desde hace dos partidos.
Pero finalmente apareció la raza de las Leonas para empezar a liquidar el pleito en el tercer cuarto. Fueron dos festejos seguidos: primero Valentina Raposo, tras un desvío de córner corto (34′), y luego Agustina Albertario (´35), que celebró por primera vez en la cita de París. Finalmente, llegó el formidable tiro con comba y de revés de Zoe Díaz que desató el grito final.
Gastón Saiz