Jorman Campuzano no se pone límites y apuesta a superar a «Chicho» Serna: «Quiero ganar todo y durar mucho tiempo en Boca».
Por Federico Cristofanelli
Boca y los centrocampistas colombianos. La trilogía que comenzó Mauricio Serna y continuó el recientemente transferido Wilmar Barrios llevó la posta hasta Jorman Campuzano, quien sueña a lo grande.
Con una historia en verdad de película por detrás, el joven oriundo de Tamalameque tiene enormes ambiciones. Las mismas que lleva consigo desde que abandonó su hogar para hacer la realidad la ilusión de triunfar en el fútbol.
«Jugar en la Bombonera fue algo muy lindo. Uno ya se sentía feliz por venir acá como rival, ahora vestir la camiseta de Boca y ver que te apoyen en el Templo es hermoso», comparte sus sensaciones el volante de 22 años que tuvo su estreno en la mítica cancha ante Godoy Cruz.
Lentamente Jorman se fue ganando un lugar en la consideración de Gustavo Alfaro y se hace compinche en la mitad de cancha de Iván Marcone, al que confesó haber seguido desde hace tiempo por televisión. «Me gustaba mucho su forma de jugar antes de que viniéramos a Boca. Ahora me toca disfrutarlo y aprender de él al lado», dice Campuzano, quien remarcó igualmente que priotiza la competencia sana y aseguró que no negociará el brindarse al ciento por ciento esté en el lugar que esté, ya que «habrá muchos partidos y la decisión de que juegue o no la tomará el profe».
El histórico Serna lo antecedió en los 90. Chicho surgió del modesto Deportivo Pereira, al igual que Campuzano. Luego pasó al Atlético Nacional, uno de los equipos más grandes de su país, donde obtuvo tres títulos durante las seis temporadas en las que jugó antes de ser transferido a Boca. Jorman calcó su camino, aunque sumó una copa en el único año en los que vistió los colores del Verde de la Montaña.
«Chicho también es ídolo en Atlético Nacional. Tuve la oportunidad de conocerlo y compartir unas palabras con él. Me dejó un aprendizaje importante en la charla que tuvimos», contó.
El pequeño pacman de la mitad de cancha que tuvo el Boca de Carlos Bianchi se dio el gusto de levantar dos Libertadores y la Intercontinental del año 2000 ante Real Madrid (además de tres títulos locales). ¿Con cuánta de esa gloria se conforma Jorman? En diálogo con Infobae, no puso límites: «Quiero ganar todo acá, quiero ganar muchos títulos, muchas Libertadores y durar mucho tiempo acá. Para mí el Mundo Boca es algo único».
Campuzano pertenece a la extensa nómina de jugadores colombianos que poblaron al fútbol argentino en el último tiempo. Juega con sus compatriotas Frank Fabra y Sebastián Villa y comparte raíces con Juan Quintero, Rafael Santos Borré, Jorge Carrascal (River), Mateo Casierra (Racing), Raúl Loaiza, Juan Salazar y Gustavo Torres (San Lorenzo), entre otros. La exposición que tendrá en Boca será aún mayor a la de los días en su tierra natal. Y con la Copa América a la vista, las esperanzas crecen.
Campuzano maneja la pelota en el partido de Boca ante Godoy Cruz (Boca oficial)
Campuzano maneja la pelota en el partido de Boca ante Godoy Cruz (Boca oficial)
«Ya jugué con mi selección en un partido amistoso y ahora quiero hacerlo oficialmente. Primero tengo que adaptarme al Mundo Boca y al fútbol argentino, que es muy diferente al colombiano. Allá hay más espacios y se detiene mucho por las infracciones, son ritmos distintos», analizó.
Por el momento, el interino Arturo Reyes Montero (quien lo convocó para los amistosos ante Venezuela y Argentina en septiembre pasado) está a cargo. En las próximas semanas podría llegar a ser confirmado el portugués Carlos Queiroz como reemplazante de José Pekerman.
Jorman Campuzano persigue el sueño de un día jugar en Europa. Antes tendrá el desafío de demostrar su potencial en Boca para ser convocado por su selección y estar presente el 15 de junio en Salvador de Bahía en el estreno de Colombia por Copa América ante Argentina. Y después ir por el anhelo de todos los Xeneizes: ganar la séptima Libertadores.
