El Rojo no solo resignó la posibilidad de quedar como único líder de su grupo, sino que terminó con importantes bajas pensando en un tramo decisivo de la temporada, entre lesiones y una expulsión.
Con un partido pendiente frente a Atlético Tucumán, Independiente mantiene la chance de depender de sí mismo para ganar la Zona B. Sin embargo, tras el empate de este domingo, se quedó sin margen de error y sumó serias preocupaciones para su entrenador, Julio Vaccari.
Desde el inicio, el encuentro tuvo una lógica definida: el local dominaba la posesión y Riestra apostaba a replegarse y salir de contra. Pese a esa dinámica, la primera mitad fue más pareja de lo esperado, gracias a la peligrosidad de los ataques del equipo de Cristian “Tata” Benítez.
Las primeras situaciones de riesgo fueron para la visita: Sánchez exigió a Rodrigo Rey y, en el rebote, Céliz desperdició una chance clara. Poco después, el propio Sánchez volvió a rozar el gol con una pirueta tras centro de Alonso.
Por el lado del Rojo, las principales aproximaciones llegaron por la banda derecha, con las combinaciones entre Loyola y Millán. Tarzia, Millán y Valdéz, de cabeza, tuvieron las opciones más nítidas para romper el cero.
Aunque Independiente mostraba mayor ambición ofensiva y defendía mano a mano con solvencia gracias a Lomónaco, le costaba traducir su dominio territorial en ocasiones concretas.
En el segundo tiempo, esa superioridad se acentuó. Riestra se replegó aún más y el Rojo presionó con intensidad, rozando el gol con un remate de Cabral que pegó en el palo. En la segunda jugada, Ávalos —máximo artillero del campeonato— falló en el intento de convertir y, para colmo, terminó lesionado, al igual que el chileno Pablo Galdames en la etapa inicial, ambos piezas clave para Vaccari.
Con el correr de los minutos, el local fue perdiendo claridad ante la sólida defensa de Riestra, el equipo menos goleado del torneo (solo siete tantos recibidos).
Para colmo, a los problemas físicos se sumó una expulsión: Luciano Cabral vio la roja tras la intervención del VAR, que sancionó un duro pisotón. La tensión en el Libertadores de América creció y los reclamos contra el árbitro Pablo Echavarría no tardaron en multiplicarse.
En los últimos minutos, Independiente no logró traducir su enojo en peligro real sobre el arco de Arce, mientras que Riestra, conforme con el empate, cuidó el resultado que le aseguró la clasificación a la siguiente fase (es quinto, con 21 puntos, y cerrará ante Godoy Cruz).
Independiente, en tanto, quedó con 29 unidades, a uno de Rosario Central, aunque con un partido menos. Este miércoles visitará a Atlético Tucumán para recuperar la fecha postergada y luego definirá mano a mano el primer puesto contra Central en Arroyito.
Además, el Rojo debe encarar compromisos clave en la CONMEBOL Sudamericana, donde aún no despega: suma una victoria y dos empates, y deberá medirse ante Boston River en Uruguay y frente a Guaraní y Nacional Potosí en Avellaneda.