Con estos dos triunfos, la Argentina quedó primera en la etapa regular, con dos puntos de ventaja sobre Holanda.
El primer cuarto fue dominado por completo por Australia. El local tuvo el control del juego y la posesión casi total de la pelota. Eso le permitió tener una actitud ofensiva, aunque no logró inquietar seriamente a Cosentino, con excepción de un corner corto que desperdició por una infracción en ataque. La Argentina recién a los 7 minutos pudo ingresar por primera vez al círculo adversario, cuando Cerúndolo llegó a un flick largo, pero no llegó a conectarse con Albertario.
En el segundo cuarto la Argentina mejoró. Las volantes tuvieron una mayor participación en el juego y Australia ya no se sintió tan cómoda. A los 24 minutos Victoria Granatto inventó una jugada fenomenal desde la izquierda hasta el centro, eludió a cuatro rivales, aprovechó el espacio que le hizo su hermana María José y cuando se metió en el círculo avanzó unos metros y clavó un «fierrazo» que se metió por el primer palo de la arquera Wells. Un 1-0 inmerecido por cierto, pero que daba muestra de la efectividad ofensiva de las ganadoras.
Ya en el tercer período todo se mantuvo equilibrado. Australia proponía, pero no encontraba la manera de llegar a Cosentino. Y la Argentina aguardaba tener una chance con su contragolpe. Con la idea de que las volantes participaran más del juego -sobre todo Alonso y Sauze, que se multiplicaron para recuperar, pero no pudieron generar-, arrancó el último cuarto. Ese objetivo se cristalizó por momentos y así Argentina redondeó otra buena actuación y un resultado que aumentó con el gol que Sofía Toccalino logró a un minuto del cierre.
Argentina formó con Cristina Cosentino; Giselle Kañevsky, Agustina Gorzelany, Valentina Costa Biondi; Eugenia Trinchinetti, Agostina Alonso, Victoria Sauze, Sofía Toccalino; Julieta Jankunas, María José Granatto y Agustina Albertario. Luego ingresaron Micaela Retegui, María Constanza Cerúndolo, Victoria Miranda, Victoria Granatto, María Emilia Forcherio y Priscila Jardel.