A este paso será un hecho la séptima corona de Lewis Hamilton en la Fórmula 1. El inglés se impuso en el Gran Premio de España, sexta fecha de la temporada, y sacó más ventaja en la punta del campeonato.
Si no cambia el panorama, no hay dudas de que conseguirá otro título. El interrogante es en qué carrera de 2020 el británico igualará la marca de siete estrellas del alemán Michael Schumacher. Aunque su mérito no pasa solo por tener el mejor auto de la categoría. En el Autódromo de Barcelona, en Montmeló, el holandés Max Verstappen fue segundo, y el finlandés Valtteri Bottas, completó el podio.
En la 50ª edición del GP español, Hamilton partió desde la pole positions y no tuvo problemas para liderar las posiciones. En tanto que Bottas partió mal desde el sector sucio del pavimento y perdió dos lugares. Quedó cuarto detrás de Lance Stroll (Racing Point) que hizo una gran partida, y el propio Verstappen. Luego Valtteri dio cuenta del canadiense y fue por el holandés.
Del lote de punta, Verstappen fue el primero en ingresar a los boxes y lo hizo en la vuelta 22 donde dejó las gomas blandas y puso medias. En el giro siguiente lo hicieron los pilotos de Mercedes con la misma estrategia. Pero fue tanta la diferencia que hizo Lewis adelante que mantuvo la punta de la carrera.
Para entender el trámite de la competencia y cuál fue la ventaja que hizo Hamilton, sirven algunas referencias: le hizo a Verstappen, 4 segundos (vta. 16ª), 7s (vta. 38) y 9s (vta. 41). Cuando su escolta fue Bottas, le hizo –por ejemplo- 16s (vta. 48).
En el giro 49, Bottas hizo su segunda detención y reemplazó sus neumáticos medios por los blandos. Esto le permitió a Verstappen heredar la segunda colocación. Mientras que Hamilton lo hizo en la ronda 51 e igual se mantuvo al frente y al cabo de 66 vueltas cruzó primero la meta. Y se afirmó en la punta del campeonato.
Buena faena de Verstappen, que otra vez demostró que es el mejor del resto. Le da pelea a los Mercedes, que esta vez no mostraron problemas con la puesta a punta y eso no afectó la degradación de sus gomas, algo que sí ocurrió en la última fecha disputada en Silverstone donde venció el holandés y Red Bull quebró la racha victoriosa de las Flechas Negras. El equipo austriaco tiene un buen impulsor Honda, trabaja mucho y mejora carrera a carrera el chasis de su auto, el RB16, pero aún le falta para estar a la altura de los coches germanos.
Los diez mejores lugares los completaron: Pérez, Stroll, Carlos Sainz (McLaren), Sebastian Vettel (Ferrari), Alex Albon (Red Bull), Pierre Gasly (Alpha Tauri) y Lando Norris (McLaren).
Hamilton y su mérito propio
Cuando la hegemonía de un piloto se repite surgen los planteos de que el que gana lo hace por tener el mejor coche. Juan Manuel Fangio definió al automovilismo como “carreras de autos que definen los pilotos”. Tener un buen vehículo es clave. Se puede ser el mejor volante del mundo, pero sin un medio mecánico acorde, se hace imposible la competencia. Hamilton viene siendo la referencia desde 2014, cuando Mercedes empezó dominar la era de los motores híbridos, a combustión y eléctricos.
El equipo alemán hizo un gran desarrollo previo producto de un fuerte presupuesto. Pero el plan fue a largo plazo y más allá de la F1. Desde Stuttgart miraron al futuro para poder encaminarse en el mundo de los impulsores eléctricos y por eso desde esta temporada también sumó un equipo íntegro en la Fórmula E. Estas categorías son laboratorios para sus desarrollos de autos de calle. Por eso invierten tanto más allá de una estrategia de marketing o la gloria deportiva.
En épocas de pandemia donde uno de los términos que se instaló es el “distanciamiento social”, los pilotos de la escudería germana están en otro escalón. Por ejemplo, este fin de semana fueron los únicos que en clasificación quedaron debajo del 1m16s. En la tercera y última instancia clasificatoria, Hamilton y Bottas marcaron 1m15s584 y 1m15s643, respectivamente.
Pero ¿Hamilton gana solo porque tiene el mejor auto? Por caso, ¿si Sebastian Vettel corriera con Mercedes, también ganaría? La única posibilidad de comprobarlo es subir al alemán y los otros 19 pilotos de la F1 a uno de los W11 del equipo teutón. Sin embargo, más allá de esa verificación empírica, hay otros factores que podrían incidir como los miles de kilómetros que tienen los actuales corredores de Mercedes sobre sus autos. Y ante la hipótesis o ensayo de subir a un Mercedes a otros corredores, éstos estarían en desventaja porque no tendrán el conocimiento sobre esos coches que tienen Hamilton y Bottas.
El análisis comparativo sí puede darse con Bottas, que desde 2017 se sumó a Mercedes y tiene un coche similar al de Hamilton, que igual lo superó y ahí está la diferencia deportiva. Es cierto que Lewis tiene más experiencia en el equipo alemán donde llegó en 2013. Pero, ante igualdad de medios mecánicos, la comparación arrojó los siguientes resultados del mano a mano en un total de 69 carreras juntos:
Victorias: Hamilton (35) vs. Bottas (8).
Poles positions: Hamilton (31) vs. Bottas (14).
Récords de vueltas: Hamilton (18) vs. Bottas (12).
Mejores posiciones finales en carrera: Hamilton (49) vs. Bottas (19).
Si tanto el británico como el nórdico tienen el mismo modelo de auto, suelen repetir sus puestas a puntos, no hay mejoras o desarrollos aerodinámicos que sean exclusivos para Hamilton, esto demuestra el factor humano del inglés. Ahí está su capacidad conductiva y la diferencia deportiva. Y otra razón es que Hamilton, si bien fuera de las pistas se muestra comprometido con problemáticas como su lucha contra el racismo, vive por y para el automovilismo. Su campaña deportiva es su máxima prioridad.
El ejemplo más claro para ilustrar el análisis de dónde Hamilton hace la diferencia, fue la clasificación de la segunda carrera en Austria bajo la lluvia: allí Lewis hizo la pole positions y fue el único en bajar la marca del 1m20s con un registro de 1m19s. Le sacó más de un segundo a Bottas (clasificó cuarto). Esa ventaja en el automovilismo actual y más en la F1, es un mundo.
Hamilton alcanzó hoy su victoria número 88 y quedó a tres de igualar a Schumacher. El inglés disputó hasta hoy 256 competencias y el alemán largó 306. El contexto lleva a que el británico empatará los siete campeonatos del Kaiser. Que en 2021, con un reglamento técnico con pocos cambios llegaría a ocho cetros y que seguirá batiendo todos los récords de la Máxima. Su combinación con Mercedes es la receta del éxito. Tiene el mejor auto, es cierto, pero no es solo la referencia por eso.
Lo mejor. El trabajo que hizo Mercedes en la semana previa. Corrigieron los problemas en la puesta a punto que presentaron en la última carrera en Silverstone y en Barcelona sus monoplazas no sufrieron problemas con las gomas. Hicieron el 1-2 en las tres tandas de ensayos y en la clasificación. Y en carrera le permitieron a Lewis Hamilton tener un gran ritmo y hacer una ventaja tal que no perdió la punta ni siquiera en sus ingresos a los boxes.
Lo peor: Ferrari. Charles Leclerc clasificó noveno y en carrera se le paró el motor en la vuelta 37. Hizo un trompo, quedó cruzado en la penúltima curva y pudo retomar la marcha, aunque desertó. En tanto que Sebastian Vettel estrenó chasis en su SF 1000, no pudo ingresar en el último corte clasificatorio donde llegan los diez más rápidos. Obtuvo el 11º crono. En la competencia el alemán culminó séptimo, pero el perder una vuelta con Hamilton fue una postal de cómo es el panorama.
El destacado: Sergio Pérez volvió luego de dos fechas ausente por tener COVID-19. El mexicano del equipo Racing Point clasificó cuarto y superó en esa instancia a su compañero de equipo, Lance Stroll. En carrera, si bien Checo perdió su lugar en la largada, hizo una buena labor y logró terminar cuarto.
¿Vuelven? Podrían retornar dos sedes, Turquía, donde no se corre desde 2011, y el autódromo español de Jerez de la Frontera, cuya última carrera fue 1997, en la recordada definición del campeonato entre Michael Schumacher y Jacques Villeneuve, donde se consagró el canadiense y fue el último título para Williams. Las fechas serían en noviembre, que por ahora tiene una sola carrera confirmada, el 1 de ese mes en Imola, en lo que será el Gran Premio de Emilia-Romaña.
Lo que viene: un clásico. El Gran Premio de Bélgica en el legendario Autódromo de Spa-Francorchamps. Será el 30 de agosto. Se superará –por ahora- la mitad de la temporada que tiene 13 eventos confirmados. En estas dos semanas el resto tiene una chance de trabajar con más tiempo (hubo tres carreras seguidas en agosto) e intentar acercarse a Mercedes y Hamilton.