A pesar de haber enfrentado dificultades durante gran parte del partido y de haber estado a la zaga en términos futbolísticos frente a Boca, Estudiantes mostró temple, avanzando cuando fue necesario y capitalizando las oportunidades que se presentaron, incluyendo un penal y una expulsión que llevaron el juego a los penales.
En contraste, Boca, aunque demostró superioridad futbolística, falló en la definición y sufrió una desafortunada acción que le costó la noche. A pesar de la calidad de su juego, dirigido por Diego Martínez, el equipo no logró capitalizar sus oportunidades y cometió errores cruciales. Sin embargo, queda la certeza de que este revés puede brindarle valiosas lecciones para el futuro.
El partido fue un espectáculo emocionante, con una actuación destacada de Boca durante gran parte del encuentro y una reacción impresionante de Estudiantes. Los ajustes tácticos realizados por ambos entrenadores, en comparación con su encuentro anterior, resultaron en un juego dinámico y lleno de intensidad. Aunque Estudiantes inicialmente parecía estar en la posición de seguidor, logró equilibrar el juego y llevarlo a su favor en momentos clave.
El empate, obtenido por Estudiantes a través de un penal convertido por Edwuin Cetré después de una falta torpe de Lema y su posterior expulsión, cambió el rumbo del partido. A partir de entonces, Boca se vio obligado a jugar con un jugador menos, mientras que Estudiantes aumentaba la presión en busca de la victoria. Finalmente, en la tanda de penales, la destreza de Mansilla y la precisión de los lanzadores del Pincha aseguraron su paso a la final.
El partido fue un testimonio del papel fundamental que pueden desempeñar los detalles en el fútbol de alto nivel. Estudiantes avanzó gracias a pequeños momentos de brillantez, mientras que Boca lamentará las oportunidades perdidas.