La final de la Copa de la Liga entre Vélez y Estudiantes había comenzado con todo en Santiago del Estero. El Fortín era dominante y ahogaba al Pincha, arrinconado contra su arco. El arquero Matías Mansilla había sacado un remate difícil junto a un poste y ya había visto cómo Christian Ordoñez hacía temblar los tres palos cuando su remate dio de lleno en el travesaño. Incluso, el propio Ordoñez tuvo otra ocasión, pero su disparo cruzado y a contrapié se fue apenas desviado.
Pero Estudiantes aprovechó la primera ocasión clara a su favor y abrió el marcador. Primero lo tuvo José Sosa, que optó por controlar un pase largo en vez de darle de primera y la pelota se fue al corner. De ese tiro de esquina, a los 14 minutos, Cetré recibió sobre el lateral, encaró hacia la diagonal del área y abrió para Eros Mancuso, que sacó un fuerte disparo desde 30 metros que infló la red. El pique previo hizo estéril la volada de Marchiori. Gol. Golazo del pibe al que Boca dejó libre en junio de 2022 y ahora disfruta su presente en el equipo de La Plata.
Ya en la segunda parte, y un minuto después de quedarse con un hombre menos por la expulsión de Damián Fernández, Vélez encontró el empate. Ante ese imponderable, el DT Gustavo Quinteros dispuso la salida de Elías Gómez y el ingreso de Alejo Sarco. Y en la primera que tuvo, Sarco amagó, enganchó para su zurda y sacó el remate, que se desvió en una de las piernas de los jugadores del Pincha y desairó a Mansilla. Gol, empate y sensación de justicia en Santiago del Estero.
El partido mantuvo su ritmo electrizante y muy emotivo, con ambos equipos buscando el tanto de la victoria. De un lado, la experiencia de Estudiantes. Del otro, toda la prepotencia de los pibes de Vélez.
La paridad siguió y después de 120 minutos de acción hubo que definir por penales. Allí, el Pincha fue más efectivo y se proclamó campeón del fútbol argentino.
Fuente: La Nación
