Boca y la modalidad de los torneos largos van de la mano: lo volvió a demostrar por cuarta vez en sus últimas cinco versiones. Campeón en 2015, el “bi” de las temporadas 16/17 y 17/18 y el reciente, el de ese sabor de viejas épocas en las que relegaba a River al segundo lugar.
Venir escolta a la última fecha y dar el zarpazo, es algo que no sucedía en Ligas argentinas desde que Vélez le sacó (con polémica eterna) la corona del buche a Huracán en el Clausura 2009.
El título de Liga número 34 lo coloca a apenas uno de los que posee River, algo que no sucedía desde que el Millonario pasó al frente en el conteo al conquistar el torneo de 1989/90. El Xeneize acorta la brecha pero también la extiende si contabilizamos todas sus estrellas (locales e internacionales) y el margen se amplía a tres: 69 a 66. Y los de la Ribera se anotan con un dato más: desde los registros de directores técnicos en el club (1930), vuelve a ser campeón de un certamen de liga con más de un estratega por tercera vez, después de 1940 y 1943, con tres en ambos casos.
Estos son los detalles de su campaña campeona:
Con el 70% de los puntos obtenidos (ganó 14, empató seis y perdió tres), mantuvo el nivel en efectividad de sus últimos cinco títulos ligueros en los que nunca bajó de ese porcentaje. Y no le hizo mella haber cambiado de entrenador con el 66% del campeonato disputado, pasando de Gustavo Alfaro (las primeras 16 fechas) a Miguel Ángel Russo (las restantes siete). Lechuga aportó un 60% de efectividad en su ciclo de la campaña y Miguel, un 90%, determinante a la hora de dar la vuelta olímpica, sólo dejando un par de puntos en el camino (vs. Independiente, 0-0).
Sin dudas, la base fue su casi nula vulnerabilidad en el arco propio, protegido por Esteban Andrada (20 fechas) y por Marcos Díaz (3 juegos), quienes sostuvieron la valla invicta por 16 partidos (el 70% del torneo). Andrada, no recibió goles en las primeras siete fechas y recién la fue a buscar al fondo de las redes a los 79 minutos del empate 1-1 con Newell’s en la Bombonera: 709 minutos le duró el invicto en esta Superliga. En total, fueron 14 los partidos con cero goles en contra. Así, Boca terminó como el equipo con menor cantidad de goles recibidos (apenas ocho) y 35 a favor, con cuatro igualdades en blanco, una de ellas, el Superclásico de la 5ª fecha, como visitante.
Entre ambos técnicos, utilizaron 31 futbolistas, tres de los cuales ocuparon un lugar en el banco (el arquero Roffo, Adrián Sánchez y Leo Jara -volvió del préstamo este año-) y ninguno pudo estar en la totalidad de los juegos. Andrada y Buffarini disputaron 20 juegos y en el otro extremo, el juvenil Gastón Ávila sólo sumó ocho minutos contra Talleres en Córdoba.
Es curioso que, para encontrar presencias que no hayan estado en alguna de las tres derrotas del equipo, haya que mirar a este 2020 y ver que Pol Fernández ganó seis y empató uno; Marcos Díaz (dos triunfos y un empate) y el citado juvenil Ávila en el 2-1 ante los cordobeses. Los otros, al menos una vez, participaron de una caída (Andrada, Reynoso y el colo Mac Allister estuvieron en todas).
Boca podrá guardar en sus libros que se coronó en la última fecha, que dejó atrás a su eterno rival, que tuvo dos entrenadores, pero también que contó con siete extranjeros en su plantel ganador: los colombianos Fabra, Villa y Campuzano, el venezolano Jan Hurtado, el paraguayo Junior Alonso, el italiano Daniele De Rossi y el peruano Zambrano.
Izquierdoz vio dos veces la tarjeta roja y junto a otros cinco compañeros, completaron las siete que tuvo el equipo. Hubo una racha que se extendió entre las fechas 9 y 17 en las que sólo en tres de ellas no sufrió expulsiones y las tuvo en continuado entre la 15 y la 17 (una en cada jornada).
Pero si hay alguien al que le cambió la cara con la llegada de Russo al banco en este año, ese es el Apache Carlos Tevez. No sólo se convirtió en el goleador del campeón con nueve gritos (13 jugadores hicieron el resto de los tantos) sino que mejoró su participación en este 2020. Marcó seis del total en el último mes (a Talleres, dos a los santiagueños, Godoy Cruz, Colón y Gimnasia LP, que representó nada menos que el de la vuelta olímpica) y fue titular en los siete partidos, perdiéndose apenas 34 minutos. Con Alfaro, jugó diez partidos y sólo 458 minutos (cuatro desde el inicio). Además, terminó el torneo como capitán.
Carlitos es el súper campeón de este plantel. Con títulos en todos sus clubes (a excepción de West Ham), llegó a su logro diez en el Xeneize en sus tres etapas en el club. Tenía apenas cuatro cuando regresó de la Juventus de Turín en 2015, pero antes y después de su excursión anual en China, acrecentó sus laureles: Torneo de 2015, Copa Argentina a fin de ese año, Ligas 16/17 y 17/18, Supercopa Argentina 2018 y ésta Superliga. El “Diez” todavía está lejos de los 17 que ostenta Sebastián Battaglia, retirado en 2013.
Boca lo hizo. Carlitos también. Un nuevo título local. ¿Y si se viene otra finalísima porque River se lleva la Copa Argentina de este año?
Por Ricardo Sapia