Es que, en esta mesa no pueden jugar todos. Hace unos días (unas horas), Florentino Pérez armó un paquete para asegurarse a Erling Haaland en la delantera del Real Madrid.
Trescientos cincuenta millones de euros: 130 para el pase y el resto para la cuenta bancaria del noruego. «Lo quiere ya», aseguraban en Europa y daban la operación como cerrada. Eso, hasta que apareció Mansour bin Zayed Al Nahayan, sultán de Abu Dabi y dueño de una fortuna de al menos veintitrés mil millones de dólares y propietario del equipo que dirige Pep Guardiola. El árabe le ofrece un salario anual que supera ampliamente los números de la Casa Blanca.
Entonces, ahora el titular de los medios Europeo dirá : «El Manchester City va con todo por Haaland. Y lo quiere ya».
Claramente, el jugador del Borussia Dortmund es la vedette de este mercado de pases, la figura que todos quieren colgar en sus marquesinas en el inicio de la próxima temporada. Primero sonó en el Barcelona. Y en Cataluña decían que el rubio veía con buenos ojos llegar a la ciudad. Pero el fin de semana Joan Laporta se bajó de la lucha: «No haremos contrataciones que comprometan el futuro del club».
Así, la tensión pasó al otro gigante de España. El Real Madrid armó un paquete de 350 millones de euros. De esa cifra, 220 iban al salario de Haaland y todos estaban contentos. Las partes bajaban el martillo.
Pero ahora el Manchester City fue por más. Le ofrece 500.000 libras por semana, casi 600.000 euros. Un salario que asciende a 2.400.000 euros por semana y a más de 28 millones de euros al año.
Haaland superaría los sueldos de jugadores top de la Premier League como Cristiano Ronaldo o Kevin De Bruyne que perciben unas 358.000 libras cada siete días.
Si se concreta la llegada del noruego, el equipo de Pep pasaría a ser el gran candidato a quedarse con todo. El City marcha primero en la Premier League, virtualmente a un punto del Liverpool: le lleva cuatro puntos, pero los Reds tienen un partido menos. Y en la Champions League superó cómodamente al Sporting Lisboa: le ganó 5-0 en la ida y empató sin goles en la revancha, tres días después de golear al Manchester United en el clásico de la ciudad.
Con Haaland, Guardiola sumaría una pieza invalorable para el perfecto engranaje de su equipo.