Fue un triunfo de los que Racing se acostumbró a festejar. El de este domingo fue el quinto triunfo en los últimos seis clásicos ante Independiente.
El 1-0, por la 7° fecha de la Liga Profesional, volvió a premiar al que mejor jugó. El equipo de Fernando Gago se impuso con justicia a partir de un primer tiempo arrollador, aunque fue de mayor a menor y en los minutos finales se dedicó a defender la diferencia conseguida. El gol lo anotó Gabriel Hauche, de chilena, y el éxito pudo ser mayor si Enzo Copetti convertía su penal, el que falló también durante la primera etapa.
En el arranque del partido, Domínguez sorprendió con el debut de Facundo Ferreyra como 9, también con la inclusión de Batallini como titular sobre la banda izquierda. Fernando Gago, en Racing, con el esquema 4-3-3 de siempre y el tridente ofensivo con Hauche, Copetti y Chancalay. En el 4-2-3-1 del Rojo, se repartieron el doble 5 entre Marcone y Lucas Romero; por delante el recién llegado Hachén, Saltita González y Batallini; y el mencionado Ferreyra. Pero el Rojo sufrió en el comienzo los espacios que no podía cubrir por las bandas.
El golazo de Hauche
Racing golpeó rápido con un golazo de chilena de Gabriel Hauche, que impactó el balón tras un córner ejecutado por Vecchio desde la derecha que fue desviado primero en el punto penal por Sigali. Iban apenas ocho minutos y el local hizo explotar a su gente. Es el segundo gol de chilena que el exArgentinos le convierte a Independiente con la camiseta celeste y blanca; el anterior se lo había hecho hace ocho años, por un torneo de verano en una victoria por 3-0.
Una presión asfixiante y el penal errado
La presión de la Academia se ejerció con intensidad a tal punto que no sólo le costaba a Independiente cruzar a campo rival sino salir de su propia área. Así fue como tras una gran acción individual de Vecchio, Laso le cometió penal antes de los 20 minutos. Un torbellino fue Racing, incontrolable para el equipo de Domínguez. Pero Enzo Copetti remató tan cruzado que la pelota dio en el palo derecho de Sosa, cuando el arquero se había tirado hacia el otro lado.
El arquero Sosa le sacó a Hauche su segundo festejo. A los 25 minutos, tras un pelotazo largo (qué fácil vulneran defensivamente a Independiente) quedó cara a cara con el arquero uruguayo.
Lo de Independiente dependía demasiado de un tiro libre, de una infracción que pudieran generar sus volantes para luego transformar esa acción en un centro al área de Chila Gómez. Así logró cabecear una vez Barreto, situación que generó el reclamo del arquero a sus defensores, pero después -como se dijo- al Rojo le costó demasiado cruzar a campo rival.
La primera vez que un mediocampista de Independiente quedó de frente al arco de Gómez fue a los 35 minutos: Hachen remató con zurda y desde afuera del área, pero el balón fue controlado sin problemas por el arquero local.
Tan mal la estaba pasando Independiente que Eduardo Domínguez resolvió un cambio a los 36 minutos de la primera etapa: adentro Leandro Fernández (delantero) en lugar de Batallini (volante). Al exArgentinos no le gustó nada la modificación, se fue sin mirar al técnico y pateando todo lo que se encontró en el camino entre el campo de juego y el banco de suplentes. Mantuvo el esquema el DT rojo, ya que Fernández se ubicó a la izquierda de la línea de 3 ofensiva, siguiendo Hachén (zurdo) como extremo derecho.
Racing, en el juego, está tres goles arriba, pero no lo capitalizó en la red. Además del penal errado de Copetti, Laso salvó un gol en la línea de Chancalay y Miranda remató cruzado, acción en la que también pudo estar el 2-0. Batallini, antes de ser reemplazado, había visto la tarjeta amarilla por repetición de faltas y al minuto le hizo un topetazo a Hauche. Rapallini cobró la infracción, pero estuvo bien en no volver a sancionar disciplinariamente al volante. No debió irse expulsado por esa acción.
Hauche, una de las figuras del clásico, fue indomable para todos los jugadores de Independiente. Lucas Rodríguez fue otro de los futbolistas del Rojo que vio la amarilla por un foul sobre él.
Sobre el final del primer tiempo, con todo Racing jugando en campo de Independiente, Gago recibió la mala noticia por la lesión muscular de Vecchio, que debió dejar el campo. Ni siquiera hizo falta que lo reemplace Jonathan Gómez, de muy buenas presentaciones con la camiseta de la Academia. El partido estaba tan controlado por Racing que el entrenador prefirió que Gómez entre bien en calor aunque eso implique jugar unos minutos con diez futbolistas.
Difícil momento para Eduardo Domínguez por el flojo presente acumulado y por las dificultades en el mismo clásico: para el comienzo del segundo tiempo dispuso la modificación de Tomás Pozzo (21 años) por Hachén. El joven surgido de las inferiores de Independiente fue importante hasta que se lesionó. Y si su equipo empezó a tener más presencia en el juego ofensivo fue por su ingreso.
Leandro Fernández, que fue agredido desde la tribuna de Racing con un rollo de papeles, inquietó con un cabezazo cruzado (tras un córner de González) que no llegó a impactar en el segundo palo Ferreyra. Una aproximación en medio de las dificultades de Independiente, a los 6 minutos de la segunda etapa. Fernández se transformó, en un puñado de minutos, en el mejor jugador. Aportó peso ofensivo e hizo amonestar a Mura.
Y tuvo que aparecer Chila Gómez para salvar el arco de Racing tras un derechazo de Facundo Ferreyra que el arquero mandó al córner. Muy buena jugada del exVélez, que sacó el remate apenas ganándole la posición a Insua y casi sin ángulo de remate.
Racing, fiel a la propuesta de Gago, no se conformó con la diferencia y la superioridad alcanzada, sino que siguió atacando con voracidad. Independiente logró tener una mayor presencia en la zona media, pero cada pelotazo desde el fondo de la Academia podía dejar mano a mano (3 vs. 3) a los delanteros.
Gago observó un pequeño bajón en el rendimiento físico de su equipo y mandó al campo de juego a Iván Pillud por Mura y Johan Carbonero por Chancalay. Puesto por puesto, lateral por lateral y extremo por extremo. En un clásico que exige reacción e intensidad en los duelos individuales, el DT buscó aportarle al equipo nuevas energías. Las “presiones” antes eran de los defensores de Independiente para los atacantes de Racing, pero en la segunda etapa se vieron más acciones en dirección opuesta: con Copetti corriendo de atrás a los zagueros rojos.
El último cambio ofensivo de Domínguez fue el ingreso de Juanito Cazares por Saltita González. El DT cambió al 4-4-2, con Pozzo, Marcone, Romero y Cazares; y arriba el doble 9 con Fernández y Ferreyra. Cerca de los 26 minutos, fue el momento en que Independiente se sintió más cerca de poder empatar, aunque le faltaba claridad en los metros finales.
Racing pasó a no poder sostener la pelota y un remate de Romero desde afuera exigió a Chila Gómez; Vigo tuvo el empate en el rebote pero su disparo se fue desviado. Ingresó Gonzalo Piovi (defensor) por Miranda (mediocampista). Línea de 5 en los minutos finales para terminar de “cerrar” el partido. Y así fue. La Academia se terminó imponiendo con justicia. En el rendimiento fue de mayor a menor, pero en el balance fue muy superior al Rojo.
Christian Leblebidjian
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