Dura derrota de River ante el Mineiro y eliminación de la Copa Libertadores

Matías Zaracho (en dos oportunidades) y Hulk anotaron los goles para O Galo, que ganó la serie 4-0 ante un Millonario que terminó siendo vapuleado desde el juego y el pizarrón

River Plate se despertó con un duro golpe del sueño de volver a ganar la Copa Libertadores: fue arrollado por Atlético Mineiro, que se impuso por 3 a 0 en Belo Horizonte (4-0 en el global).

Matías Zaracho (en dos oportunidades) y Hulk convirtieron para O Galo, que aprovechó el desequilibrio mostrado por la Banda en su afán por revertir el 0-1 del encuentro de ida. Así, las semifinales del máximo certamen continental se quedaron sin representantes argentinos.

Con un esquema 5-3-2 (Maidana de líbero y Álvarez de enlace), River apostó a sorprender y hacerse ancho a la hora de la presión. Pero al mismo tiempo dejó espacios en el retroceso ante un adversario que fue prolijo en la salida y desorientó con la movilidad, sobre todo a partir de los desmarques de Zaracho y Vargas. Así, el dueño de casa llegó claro tres veces en los primeros 10 minutos.

A los 4′, el chileno enfiló cara a cara con Armani, que ganó el duelo, bien plantado. Segundos después, Zaracho lanzó un centro al corazón del área, el arquero salió mal y el citado Vargas cabeceó desviado casi sin oposición. A los 7, el volante argentino volvió a probar la resistencia del guardameta, que volvió a responder con pericia.

El Millonario recién pudo llevar peligro con un centro de Angileri que Suárez cabeceó con dificultad, o con una cesión del ex Belgrano para Romero, que no consiguió rematar de lleno. Hasta que a los 19 pudo hilvanar una acción con su sello, con paciencia. Casco descargó en Álvarez, que amagó un centro, pero tocó para Suárez, en el borde del área. El punta sacó un disparo potente, que Éverson rechazó dando rebote, algo sorprendido.

Pero justo cuando la visita parecía hacer pie en Belo Horizonte, a los 22′, llegó el mazazo de O Galo. Hulk se abrió para dejarle el andarivel central a Zaracho y le metió un balón preciso. Y el argentino definió con una tijera excelsa, para dejar la serie 2-0 para los brasileños.

Casi inmediatamente, los conducidos por Marcelo Gallardo tuvieron la oportunidad de volver a meterse en partido. Álvarez quedó solo ante Éverson, pero el guardameta volvió a demostrar que es uno de los mejores de la Copa. El Muñeco no quiso que corriera el cronómetro para arriesgar, cambió el esquema e hizo entrar a Paradela por Maidana volviendo a la línea de 4. Mineiro olió sangre. Justo entre los centrales apareció Hulk (de enorme primer tiempo) aprovechando una pelota filtrada y picando el balón por encima de Armani para rubricar su grito a los 34′.

Sobre el final de la etapa, con un cabezazo de Martínez, River volvió a estar cerca de descontar. La posesión también estuvo pareja, hubo un empate técnico, igual que en los remates al arco. Pero en los hechos, O Galo fue superior, desde la actitud y el pizarrón. Y la diferencia quedó subrayada sobre todo en la jerarquía en las áreas, un déficit que a nivel Copa Libertadores se paga caro.

Jugado por jugado, Gallardo forzó los límites en el complemento. Ingresó Vigo por el lesionado Angileri (”me pinchó”, dijo, en la última acción de la etapa inicial) y De la Cruz por Zuculini. El plan: tener más poder de fuego en el palo por palo, algo que no ocurrió.

Mineiro continuó siendo letal en cada réplica, usufructuando los espacios. A los 9′ del segundo tiempo, Hulk se llevó puesta a la defensa visitante y habilitó a Zaracho, que de frente al arco desvió su intento por encima del travesaño. Y, a los 16, Savarino lanzó un centro ajustado que el mediocampista argentino cabeceó para el 3-0.

Dicha conquista le bajó la persiana al partido. Hulk y Zaracho continuaron castigando con su astucia, potencia y velocidad a la defensa de River, que cuidó algunos nombres para el torneo local (vieron acción Carrascal y Girotti) y se arrimó con intentos del citado juvenil, de Romero y con un tiro libre que Éverson (un arquerazo) le sacó increíblemente a De la Cruz.

River padeció la ausencia de Enzo Pérez (suspendido), pero al local le faltó Nacho Fernández. En el roce de las alternativas, una vez más, se advirtió la distancia entre uno y otro.

Pero la llave dejó en claro que el Millonario abonó un oneroso peaje por la sangría de figuras que sufrió en goteo en los últimos años, con Gonzalo Montiel como último exponente. La última camada de compras (Vigo, Paradela, Palavecino, Romero, Fontana, Enzo Fernández, entre otros) todavía no atravesó la etapa de adaptación ni le ofreció el salto de calidad que una instancia tan avanzada de Copa demanda. A diferencia de lo sucedido en la edición pasada, en la que puso de rodillas al Palmeiras, no alcanzó a alzar la guardia. Perdió sin contemplaciones. No hubo dudas.

Atlético Mineiro se medirá en semifinales justamente ante Palmeiras (vigente campeón de la competencia), elenco que viene de golear por 3 a 0 al San Pablo de Hernán Crespo en el partido de vuelta. Y River deberá continuar con su reconstrucción, pensando en la Liga Profesional, a la espera de lo que ocurrirá con Gallardo a fin de año, cuando se le termina el contrato.

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