La información fue revelada por el diario Corriere della Sera, que detalla que la causa se inició tras el análisis de los teléfonos de Sandro Tonali (Newcastle) y Nicolò Fagioli (Juventus), quienes ya fueron sancionados por esta misma razón en 2024.
Según la publicación, los jugadores realizaban apuestas de forma habitual en plataformas no autorizadas entre diciembre de 2021 y octubre de 2023. Aunque no hay indicios de que hayan influido en el resultado de partidos propios, se señala que muchos apostaban en otros deportes, motivados más por el ocio durante las concentraciones que por un interés económico.
La red operaba a través de dos gestores de casas de apuestas ilegales, Tommaso De Giacomo y Patrick Fizzera, quienes presuntamente contaban con el apoyo de tres administradores de una joyería en Milán, utilizada como centro clandestino para el cobro y pago de apuestas.
La lista de deportistas involucrados incluye nombres como Alessandro Florenzi (Milan), Nicolò Zaniolo (Fiorentina), Mattia Perin y Weston McKennie (Juventus), Raoul Bellanova (selección italiana), Samuele Ricci (Torino), Cristian Buonaiuto (Padua), Matteo Cancellieri (Parma) y Junior Firpo (Leeds United), además del tenista Matteo Gigante y otras diez personas ajenas al deporte.
Aunque la infracción no tiene mayor peso penal y puede resolverse con una multa de hasta 250 euros, las consecuencias disciplinarias podrían ser más severas.
El Corriere también apunta que los investigadores consideran más creíbles las declaraciones de Tonali que las de Fagioli, quien negó haber promovido las apuestas o recibido beneficios, pese a la existencia de mensajes en su teléfono que lo contradicen.