De a poco Boca parece recuperar la buena cara. Ayudan los resultados, por supuesto. Pero al equipo se lo ve mejor. En lo futbolístico y en lo anímico. Superar el duro golpe que vivió en Madrid hace tres meses es el objetivo. Y estas dos victorias seguidas por 3 a 0, ante San Lorenzo, por la Superliga, y contra Tolima, por la Libertadores, le permiten enfocarse en el futuro y volver a sentirse ganador.
Los disparadores para conformar un grupo compacto pueden surgir desde muchos lugares. No hay una fórmula mágica. Pero Carlos Tevez mencionó una reunión que se hizo después del empate sin goles ante Wilsterman, en Bolivia. «Marcó un quiebre para el equipo -dijo Carlitos-. Se habló mucho, nos dijimos muchas cosas en la cara. De ahora en más, este es el equipo que vamos a buscar».
Algo similar remarcó Darío Benedetto sobre aquella charla grupal. «Fue muy positiva. Nos debíamos eso. Después hicimos un excelente partido con San Lorenzo y ahora volvimos a repetir. Es la base para mirar hacia adelante. Hay y hubo una buena convivencia, pero nos estaba costando trasladarla a la cancha».
El cambio de ánimo también fue cambio de festejo para Benedetto. Anoche, tras su gol -el segundo de Boca-, dejó de sacar la lengua, como venía haciéndolo desde aquella recordada final de la Libertadores.
Celebró junto con Nahitan Nandez. Y asumió como propio el festejo que el uruguayo había hecho ante San Lorenzo, con la mano sobre la cara, algo similar al «Dybala mask».
El mismo Nandez, luego de convertirle a San Lorenzo, subió en su cuenta de Instagram una foto del festejo y escribió: «El tasca gol!! Vamo y vamo».
En la madrugada, el exdirigente César Martucci subió en Twitter un video de algo que ocurrió sobre el final del partido y con el resultado definido. Cuando el médico Pablo Ortega Gallo y el kinesiólogo Sergio Brozzi volvieron al banco de suplentes tras atender a un jugador en el campo, se ubicaron junto a Tevez y Benedetto. Carlitos le hizo una broma al kinesiólogo por dejarse la barba, y este respondió lanzándole un chorrito de agua. Fue una mala idea. Tanto él como el doctor tuvieron que soportar la furia de ambos. «Chicos terribles», escribió Martucci.
Más allá de la anécdota, Benedetto tiene una gran relación con Brozzi. Fue uno de los hombres que lo ayudó en la recuperación luego de la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y la tendinitis aquiliana. «Fue muy importante en mi recuperación. Me hizo de psicólogo, de amigo. En momentos en los que iba a entrenar con cara de culo, él se la comía. Estoy muy agradecido por la recuperación que tuve con él», había dicho el atacante tras convertir sus primeros goles en la vuelta, en la semifinal de la Copa anterior ante Palmeiras.
Con pequeños momentos, poco a poco. Así Boca quiere curar las heridas y recorrer el camino que lo ayude a recuperar la mística grupal.