Un marcador que provocará una oleada de análisis que seguramente no serán amables para con el Scratch, que no hizo pesar su enorme jerarquía individual para quebrar a un rival que nunca se apartó del libreto, ese que ordenaba defender, bloquear y soportar los múltiples ataques de la verdeamarela.
Los 19 remates que ensayaron los brasileños no pudieron quebrar al arquero Patrick Sequeira, la figura de la noche, y esa ineficacia deberá corregir rumbo al partido del viernes con Paraguay. Costa Rica intentará continuar esta aventura maravillosa ante Colombia.
Una formación sin un N°10 definido y sin un N°9 de área, toda una rareza para la historia de Brasil. Sin esas dos figuras que en el pasado tuvieron un peso natural en las grandes conquistas y formaciones icónicas de la verdeamarela -desde Pelé a Neymar, pasando por Ronaldinho para la primera función; artilleros de la talla de Careca, Romario o Ronaldo-, debutó el equipo que dirige Dorival Júnior.
La extrañeza es que el nuevo modelo, ese que llegó con el rodaje de cuatro partidos –dos empates y dos victorias- es que la doble mágica función que cumplían las estrellas de otras épocas las realizó un mismo jugador en el estreno frente a Costa Rica, en California: Rodrygo lució el número que inmortalizó O’Rey, pero ejecutó movimientos desde tres cuartos de cancha hacia el área de los ticos. El futbolista que levantó la Orejona con Real Madrid fue un armador que se asociaba con Lucas Paquetá cuando el Scratch avanzaba por el centro, y un llegador para definir si el juego se volcaba por las bandas para que Raphinha y Vinicius Jr. marcaran el desequilibrio.
En un desarrollo que siempre le resultó favorable, porque el encuentro se disputó en el campo costarricense –los dos zagueros centrales, Eder Militao y Marquinhos se plantaron en la mitad del campo-, los conejos de la galera que sacaba un ilusionista como Neymar o la estocada de un goleador como Gabriel Jesús, fueron los déficits que ofreció una estructura que dominó la pelota, se adueñó del espacio, pero le faltó inventiva para derribar el muro que levantó Costa Rica para bloquear el arco que defendió Patrick Sequeira, el arquero que reemplaza a un histórico como Keylor Navas, que empezó el nuevo ciclo, pero luego renunció.
Los chispazos de Vinicius Jr. fueron insuficientes, porque a la súper estrella de Real Madrid siempre le doblaron la marca y cuando la frustración lo envolvió se enredó en protestas y pedidos de foules; las lecturas de Lucas Paquetá mejoraron en el segundo tiempo, cuando el rival empezó a sentir el cansancio físico de tanto correr detrás de la pelota para cumplir el libreto que ordenó el seleccionador Gustavo Alfaro: un remate que devolvió el poste, una señal del crecimiento y la participación activa del volante de West Ham.