La intimidad del equipo albiceleste antes de un partido crucial para sus aspiraciones de pasar de ronda en la Copa América de Brasil.
Por Gustavo Yarroch
La combi que traslada a los ocho juveniles de la Selección Sub-17 vive su propio microclima aquí en Belo Horizonte. Ajenos a la tensión que generaron en la intimidad de la Selección Mayor los cuatro cambios que Lionel Scaloni piensa realizar esta noche ante Paraguay, que incluyen las salidas de dos históricos como Ángel Di María y Sergio Agüero, los sparrings aplauden y sonríen al ritmo de la cumbia al regresar del entrenamiento en Cidade do Galo, el complejo deportivo de Atlético Mineiro.
El plantel capitaneado por Lionel Messi consume las horas previas al choque ante los paraguayos entre charlas para intentar darse ánimo y mitigar enojos, un clima que dista de ser el ideal y muchas medidas de seguridad en el ingreso de la concentración, el hotel Hilton Garden Inn de esta ciudad.
Las cuatro variantes que haría Scaloni en relación con el equipo que salió de entrada en la caída 2-0 ante Colombia (Milton Casco por Renzo Saravia, Roberto Pereyra por Guido Rodríguez, Rodrigo De Paul por Di María y Lautaro Martínez por Agüero) alteraron la intimidad del plantel. Ni a Di María ni al «Kun» les agradó la decisión del entrenador y sus semblantes cambiaron: de los rostros frescos que antecedieron al debut, pasaron a los gestos más duros que se vieron en las últimas horas en el búnker.
Di María y Agüero, cercanos a Messi, escucharon palabras de aliento de boca del capitán, quien intentó tranquilizarlos en medio de la bronca por perder la titularidad. Íntimamente, tanto «Fideo» como el «Kun» siempre supieron que no formaban parte de las prioridades de Scaloni de cara a la Copa América. El centrodelantero preferido de Scaloni siempre fue Mauro Icardi, pero su lesión en la rodilla y sus conflictos con el Inter, sumados al enorme final de temporada que tuvo el Agüero en el City, terminaron inclinando la balanza en favor del «Kun». De hecho, la primera convocatoria para el goleador del Manchester City en el ciclo de Scaloni fue para la Copa América, mientras que Di María solamente había sido citado para los amistosos ante Venezuela y Marruecos y no pudo jugar por un desgarro, ese karma que lo persigue con la camiseta albiceleste. De cualquier modo, ambos futbolistas piensan íntimamente que merecían una segunda oportunidad saliendo de entrada.
Fue Messi, quien tiene una muy buena relación con Di María y es amigo y compañero de habitación del «Kun», el encargado de tranquilizar las aguas con sus compañeros. Habló con los dos e intentó transmitirles calma. Después de todo, si vuelven a entrar ante Paraguay o contra Qatar dependerá de ellos jugar en buen nivel como para poner al técnico en el aprieto de tener que utilizarlos nuevamente.
A diferencia de la previa con Colombia, ayer no hubo ánimo para jugar al truco ni a la versión moderna del clásico Ludo en los IPads, un juego que fue furor en la concentración del Mundial de Rusia y también en los primeros días en tierras brasileñas, en Salvador de Bahía. «Algunos pocos jugaron un ratito a la Play, especialmente los más jóvenes. Pero el clima no fue el mismo de días anteriores. Al póker directamente no jugaron y en Salvador lo habían hecho varias veces», comentó a Infobae un integrante de la delegación argentina. Desde el predio de la AFA, en Ezeiza, viajaron hacia aquí antes del inicio del torneo tres consolas de Play, uno de los juegos preferidos de los futbolistas para los largos momentos ociosos de las concentraciones.
Después de la charla grupal que Scaloni mantuvo con todo el plantel en Cidade do Galo y en la que se percibieron situaciones algo tensas, el técnico habló de manera individual con Casco, Pereyra, De Paul y Lautaro Martínez en las que les dijo que su idea es incluirlos como titulares ante Paraguay, más allá de que en la conferencia de prensa que dio ayer prefirió no confirmar el equipo.
El técnico quiere aguardar por la definitiva recuperación de Pereyra, quien hasta ayer estuvo en duda por una sobrecarga muscular en la zona inguinal. El mediocampista del Watford había dejado atrás las molestias en esa zona y se sentía en condiciones de jugar, con lo cual seguramente estará entre los once hoy a las 21.30 en el Mineirao y ello también implicará un cambio en el sistema táctico: Giovanni Lo Celso abandonará el costado derecho de la mitad de la cancha para pararse como «doble cinco» junto a Leandro Paredes.
El dibujo pasará entonces del 4-2-3-1 utilizado ante Colombia a un 4-4-2 en el que De Paul ocupará el carril izquierdo del mediocampo.
Por la tarde, muchos jugadores vieron la victoria de Perú sobre Bolivia por 3-1 y después de la cena la mayoría se quedó viendo el primer tiempo de Brasil y Venezuela, y luego casi todos siguieron la etapa final desde sus habitaciones.
En tanto, en el hotel donde se concentra el equipo aquí se extremaron las medidas de seguridad: no solo hay banners traídos por la AFA que impiden ver a los jugadores cuando regresan del entrenamiento rumbo a sus habitaciones, sino que a cada persona que ingresa al hotel la paran para pedirle el número de habitación. «Nos pidió la gente de la AFA», le dijo un empleado de seguridad del hotel, brasileño y con físico de patovica, a una pasajera con acento italiano que se quejó por el modo enfático con que le exigieron que mostrara la tarjeta para ingresar a su habitación y con que también le pidieron el número de la misma para dejarla entrar al lobby.
La selección argentina se habituó a las desventuras en el último tiempo y los días posteriores al traspié ante Colombia pusieron en crisis el clima relajado y de grupo más bien renovado que dejaron ver hasta el partido jugado en Salvador de Bahía. El resultado de hoy ante Paraguay y la postura que adopten Di María y Agüero (¿de respeto a la decisión del técnico o de rebelión?) serán determinantes para saber cómo serán los próximos días.