Bajo un calor abrasador, un puñado de argentinos desafió la lejanía del campus de la Florida International University para tratar de ver de cerca a las estrellas del campeón del mundo, detrás de las vallas.
Y en el rato que el periodismo pudo ver la práctica, un juego de pecheras azules y negras sirvió de guiño para palpitar el paso siguiente de la selección. Lionel Scaloni dejó ver un pequeño tramo del entrenamiento (unos 15 minutos), en los que quedó flotando en el aire la formación para el choque contra Perú, previsto para este sábado, desde las 21, con la ilusión de terminar en el primer lugar del Grupo A.
Risas, buena energía y Lionel Messi lejos de todo. En un sector alejando de la práctica, con la exigencia de los trabajos de kinesiología, para llegar sin demasiados contratiempos al choque de los cuartos de final. Una distensión lo mantiene alerta. No solo al crack mundial: a todos los que componen la Copa América, que sigue su curso con goles de todos los colores.
Un inesperado 4-4-2 anda dando vueltas en la cabeza de Scaloni. Lejos del equipo ideal, con un lógico descanso en este tramo del certamen, con los pibes al poder y una suerte de superclásico en el mediocampo. El equipo sería con Emiliano Martínez; Gonzalo Montiel, Nicolás Otamendi, Germán Pezzella y Nicolás Tagliafico; Valentín Carboni, Exequiel Palacios, Leandro Paredes y Alejandro Garnacho; Angel Di María y Lautaro Martínez. Lo dicho: Carboni es la última debilidad del conductor y Garnacho es la joya de Manchester United. Además, volvería Paredes y, sobre todo, sería la presentación de Palacios, de estupenda temporada en Bayer Leverkusen, el equipo sensación en Europa.
Las pecheras azules fueron para los mencionados. ¿Un guiño de Scaloni al periodismo para terminar las especulaciones o un anzuelo para despistar? Se presume que lo primero.
Scaloni, que no estará al borde del campo de juego por haber sido sancionado por Conmebol, suele mostrar pocas cartas y no confirmar el equipo hasta pocos minutos antes de cada encuentro; esta vez parece no esconder demasiado rumbo al encuentro en el Hard Rock Stadium. Con una formación tan diferente a lo habitual, la ansiedad aumenta con el transcurrir de las horas. Sobre todo, por saber si los jóvenes Carboni (19 años) y Garnacho (también de 19), están listos para ser parte del presente del campeón del mundo. Son apuestas a futuro, para llevarlos de a poco. Sin embargo, esta es una excelente oportunidad. Perú, más allá de sus necesidades, no representa un obstáculo mayúsculo.
El escenario deportivo es propicio para la idea de Scaloni. La selección de Perú llega muy debilitada. Marcha última en las eliminatorias, sin triunfos en las seis fechas disputadas. Jorge Fossati asumió a principios de año para reencauzar la situación, hubo triunfos para ganar algo de confianza, pero ante rivales menores (Nicaragua, El Salvador, República Dominicana). El punto ante Chile en el comienzo de la Copa le generó expectativa, pero la derrota con Canadá lo devolvió a la realidad. No hizo goles. Y eso que tiene delanteros experimentados. Pero ahí radica otra cuestión clave. No hubo recambio generacional. Paolo Guerrero (40 años), Gianluca Lapadula (34), Christian Cueva (32) y Edison Flores (30) son los referentes ofensivos. Perú tiene el promedio de edad más alto del torneo, eso lo dice todo.
Perú, que de 54 partidos oficiales solo venció en cinco oportunidades a la Argentina, tiene un solo antecedente de triunfo en una Copa América. En Bolivia 1997, eliminó en los cuartos de final a la selección dirigida por Daniel Passarella, al vencerla por 2 a 1 en Sucre. “De marzo a la fecha se ha crecido bastante. Sabemos que para la mayoría el fútbol se analiza desde el resultado, para nosotros el análisis es positivo porque el equipo sigue dando pasos firmes hacia adelante en idea y estilo de juego”, advirtió el veterano entrenador uruguayo. Y fue más allá: “De nuestra parte no haremos diferencias juegue quien juegue en el rival. Nosotros haremos nuestro partido convencidos de que podemos conseguir la victoria”.
Será la segunda vez que Messi se pierda un partido de Copa América, en las siete de las que participó. La única fue en el debut del torneo jugado en 2016, justamente en Estados Unidos. Aquella noche, contra Chile, Messi –que estaba con alguna molestia física- vio el triunfo por 2 a 1 desde el banco de suplentes.
Diego Mazzei