Hace mucho tiempo que no lo veíamos al Lobo jugar con tamaña entrega y peleando cada pelota en todos sectores de la cancha, para luego lanzarse decidido y veloz sobre el arco contrario, dejando de lado los toqueteos intrascendentes en campo propio que sólo sirven para que se arme la defensa del rival.
La victoria fue mínima en el resultado solo por la destacada labor del arquero sanjuanino, que tapó varias pelotas de gol, erigiéndose en la indiscutible figura de la cancha a lo largo de todo el partido. El primer tiempo tuvo como claro dominador al elenco albiceleste, que a los 9 minutos anotó el solitario tanto de la victoria a través de Molina, quien entrando por la izquierda sacó un disparo bajo y cruzado que no logró interceptar el guardavallas Matías Borgono.
El local no se conformó con esa ventaja, no incurrió en el conocido error de entregarle la tenencia al rival y especular con algún contragolpe afortunado para aumentar diferencias. Por el contrario, continuó atesorando la pelota y no dejó de buscar los palos tan bien defendidos por Borgogno. Para ello contó con individualidades sobresalientes como Molina (el autor del gol), Palavecino, Juarez y Soria, y sin desentonar el resto.
Gimnasia se paró inicialmente con Alan Sosa en el arco; Bruno Palazzo, Guillermo Cosaro, Nicolás Dematei y Facundo Rizzi en la línea defensiva; Agustín Palavecino, Jorge Juárez, Hugo Soria y Francisco Molina en el medio; y Mauro Albertengo y Cristian Menéndez en el ataque.
Por su parte, los visitantes salieron con un esquema 4-4-2 con Matías Borgogno bajo los tres palos; Alejandro Molina, Rodrigo Cáseres, Agustín Sienra y Dante Álvarez en defensa; Santiago López García, Nicolás Pelaitay, Lautaro Escalante y Maximiliano Casa en la mitad de cancha; y Sebastián González y Federico González en la delantera.
El juez fue Lucas Cavallero.
En la siguiente fecha, El Lobo actuará de visitante frente a G. Brown (Madryn), mientras que S. Martín SJ recibirá a Deportivo Maipú.