La danesa, que tuvo dos hijos, juega, ríe y gana; este viernes logró una brillante remontada frente a Jennifer Brady
El regreso del cuento de hadas de Caroline Wozniacki a los torneos de Grand Slam vivió su tercer capítulo este viernes, con una brillante remontada frente a Jennifer Brady que la catapulta a los octavos del final del US Open. La danesa de 33 años, que volvió a las canchas en agosto tras dar a luz dos veces, levantó un set frente a la estadounidense y se impuso por 4-6, 6-3 y 6-1 en medio de una gigantesca ovación en el estadio central de Nueva York, el mayor del mundo del tenis.
En sus primeros octavos de final en Flushing Meadows desde 2016, la ex número 1 va a protagonizar un apasionante duelo contra la estadounidense Coco Gauff, ya que la promesa de 19 años superó a la belga Elise Mertens en un entretenido 3-6, 6-3 y 6-0. Wozniacki, que no competía en un torneo grande desde su retiro de inicios de 2020, había avisado que iba a jugar en serio cuando logró dos victorias esta semana, sobre Tatiana Prozorova y Petra Kvitova, la 11ª tenista del planeta y ganadora en abril del WTA 1000 de Miami.
“Como competidora y deportista siempre quiero ganar y creer en mí. Pero jugar en esta cancha es un sueño hecho realidad”, dijo Wozniacki sobre si la sorprendía su rendimiento en el escenario mayor. “Cuando me retiré, hace tres años, no pensaba que iba a volver a estar aquí. Pensé que seguiría viéndolo desde lejos”, afirmó la tenista, que en este periodo ejerció como comentarista televisiva.
Convertida en una de las grandes sensaciones de Nueva York, la danesa desplegó de nuevo su talento y su competitividad frente a una rival que también viene de una larga pausa. Subcampeona del Abierto de Australia de 2021, Brady se reincorporó al circuito en agosto, después de dos años en que estuvo azotada por varias lesiones.
La estadounidense, de 28 años, tomó la iniciativa en un primer set en el que Wozniacki pecó de precipitación en varios momentos clave. Tras el descanso, la escandinava volvió resuelta a dar la batalla. Afinando su revés y aumentando la agresividad, se hizo del control de los intercambios moviendo de lado a lado a su adversaria hasta encontrar el golpe decisivo. Brady no logró mantener el ritmo y acabó tirando la toalla después de una hora y 58 minutos.
La alegría de Wozniacki
Caroline fue Nº 1 del mundo y conquistó 30 torneos, entre ellos, el Abierto de Australian en 2018. Se retiró en 2020 por una artritis reumatoide. Aprovechó para recuperar el tiempo en familia y regresó a la competición recientemente. “Quiero mostrarles a mis hijos que se puede perseguir los sueños, sin importar la edad ni el rol”, dijo antes de llegar a la Gran Manzana.
Asegurada su presencia en la segunda semana del Abierto de Estados Unidos, Wozniacki comentó que pasaría la tarde con sus hijos y reveló que Olivia ya muestra una enorme pasión por el tenis. “Definitivamente, me veo reflejada en ella. Es muy decidida. Quiere jugar al tenis y todas las mañanas se levanta y dice «mamá, ¿tenés mi raqueta? Vamos a jugar”, contó Caroline.
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