El entrenador cuenta únicamente con dos encuentros restantes para intentar asegurar la clasificación a los cuartos de final de la Copa de la Liga.
Carlos Tevez agotó sus cambios, aplicando los cinco permitidos en un esfuerzo por enmendar el desempeño deslucido de Independiente esa noche en Avellaneda, incapaz de igualar contra Atlético Tucumán, último en la Zona A. El Rojo se mostró como un equipo perdido, sin dirección, jugando sin cohesión. Los aficionados expresaban su indignación, primero hacia los jugadores y luego hacia los directivos, convirtiendo el estadio Libertadores de América en un caldero a presión. Nadie quedaba exento. Finalmente, el empate llegó en el minuto 44 del segundo tiempo, con un gol de Mauricio Isla. Hubo cierto alivio, pero el resultado de 1-1 dejó al Rojo en el sexto puesto con 19 puntos, una posición incómoda en términos de clasificación para los cuartos de final de la Copa de la Liga.
Más que nunca, a falta de dos fechas, el Apache siente la presión. «Lo único positivo es que el equipo consiguió empatar y seguimos con vida. Pero mi preocupación radica en el modo en que se dio. No es sencillo enfrentar las críticas y lograr el empate de la manera en que lo hizo Independiente esta noche. Sin embargo, lo logramos como grupo, como equipo, y eso me reconforta. No jugamos como la gente espera. Nos cuesta ser protagonistas en casa. Debemos seguir trabajando», sentenció el entrenador, quien comienza a sentir la presión de un club que vive situaciones urgentes desde hace tiempo. Tevez es el mismo que en el torneo anterior logró sacar al Rojo de la zona de descenso, pero ahora todas las alarmas suenan ante el peligro de que la campaña se estanque, sin ser buena ni mala. Insuficiente para los estándares de la historia del club de Avellaneda.
«No fue el partido que esperábamos. Estoy orgulloso de mis jugadores. Hoy no logramos el resultado que todos en Independiente queríamos, pero estoy orgulloso de cómo el equipo siempre buscó la victoria. Mientras tengamos posibilidades matemáticas, seguiremos luchando hasta el final», expresó en su conferencia de prensa. Y enfatizó: «Las formas son importantes».
Además, el director técnico señaló que su mayor preocupación era la falta de conexión entre líneas en el equipo, y destacó la importancia de mantenerse enfocados en los dos partidos restantes: «Debemos seguir adelante, incluso con más determinación. Entendemos la frustración de la afición. Queríamos ganar, pero de otra manera. A menudo, nos enfocamos en lo negativo en lugar de en lo positivo. Mantengamos la calma, como siempre lo hemos hecho». Y añadió: «Todavía estamos en la pelea. Lo importante es cómo jugamos».
Sobre los constantes murmullos de fondo cuando el equipo estaba en desventaja, específicamente los insultos de los aficionados hacia los jugadores y directivos, comentó: «Comprendo la frustración de la afición. Estoy orgulloso de mis jugadores porque competir en Argentina no es fácil. Siempre tengo eso en cuenta. Lucharemos hasta el final, de eso no tengo dudas», puntualizó Tevez durante la charla con los periodistas.
«Jugadores, a ver si se dan cuenta, que no juegan con nadie», se escuchó enérgicamente en el estadio Libertadores de América, citando a Ricardo Bochini. A continuación, se oyeron cánticos agresivos coincidiendo con una serie de incidentes en la tribuna baja Miguel Santoro, sector que suele ser ocupado por una facción de la barra brava conocida como «Los Dueños de Avellaneda». Se observaron altercados, empujones, gritos y peleas entre hinchas comunes y barras de ese grupo.
