De ser líder futbolístico y grupal a estar a punto de marcharse por la puerta de atrás. Hoy Carlos Izquierdoz perdió la cinta de capitán, la titularidad y quedó con un pie afuera de Boca Juniors a pocos días de haber recibido una mejora en su contrato.
Cómo cambió la relación entre Cali y el Consejo de Fútbol en apenas siete días.
Guillermo Barros Schelotto exigió su contratación en el año 2018. Izquierdoz, que venía de disputar cuatro temporadas en el Santos Laguna mexicano, le había dejado un grato recuerdo al Mellizo por su paso en Lanús. De a poco, el defensor central surgido en el Granate que había tenido un paso a préstamo en Atlanta se afirmó en la zaga junto al juvenil Lisandro Magallán y comenzó a tener ascendencia en un grupo que contaba con referentes como Carlos Tevez (con imagen algo desdibujada tras haberse ido a China, Fernando Gago y Pablo Pérez, capitán en las dos finales de la Libertadores ante River).
Pese a no haber tenido una desastrosa labor en Madrid, el gol en contra en la ida disputada en la Bombonera y el hecho de haber salido en la foto final corriendo de atrás al Pity Martínez en el tercer gol millonario llevaron a Izquierdoz al foco de la derrota. Pero tras la salida de Guillermo y el arribo de Gustavo Alfaro, el defensor talló su costado más resiliente para perseverar. A la par de Tevez, fue considerado uno de los capitanes del plantel y jamás se discutió su titularidad. El recelo y cierto murmullo por cargar con el peso de la dolorosa caída en el Santiago Bernabéu fue mutando por reconocimiento, aplausos y finalmente ovaciones.
Boca recibió otro golpazo contra River en las semifinales de la Libertadores 2019, algo maquillado porque el equipo de Marcelo Gallardo luego perdió la final contra Flamengo en Perú. Fue un momento de recambio deportivo e institucional. Jorge Ameal y Juan Román Riquelme tomaron las riendas del club y se avizoraron modificaciones profundas en toda la estructura. Sin embargo, Cali fue sostenido por un Miguel Ángel Russo que lo mantuvo como pilar del grupo y el equipo.
Si bien el Consejo incorporó de centrales a Carlos Zambrano y Marcos Rojo, a Izquierdoz nadie lo tocó. Con la cinta en el brazo, lideró al Boca campeón de la Superliga 2019/2020, el que pisó las semis de la Libertadores y cayó ante Santos, y el que se quedó con la Copa Maradona 2020, la Copa Argentina 2019/2020 y la última Copa de la Liga. A Riquelme lo terminó de encantar la actitud que el oriundo de Bariloche tuvo en la previa a la disputa de los octavos de final de la Libertadores 2021 contra Atlético Mineiro en la polémica serie que terminó en bochorno en Belo Horizonte: Cali rechazó la convocatoria para ser uno de los jugadores mayores de la Selección Sub 23 en los Juegos Olímpicos de Tokio por competir con el equipo.
“Izquierdoz es una persona muy importante para nosotros. Es un ejemplo para los más chicos. Estamos muy agradecidos con él por todo lo que deja en cada partido. Vos ganás, perdés o empatás y no le podés decir nada porque deja todo. De lunes a sábados es un profesional increíble. Estamos muy felices de tenerlo en nuestro equipo”, fue la sentencia de Román en esos tiempos.
DE LA CAPITANÍA AL DESTIERRO EN SOLO 7 DÍAS
El 27 de junio pasado, a un día de abrir la serie de octavos de final de la Libertadores ante Corinthians en San Pablo, Boca anunció oficialmente la mejora en el contrato de Carlos Izquierdoz, quien tenía vínculo hasta fin de año (en imagen posó sonriendo con Mauricio Serna, el último que se integró al Consejo de Fútbol). Al valioso 0-0 obtenido en Brasil le prosiguió una dura derrota como local 3-0 ante Banfield por la Liga Profesional, lo que generó un clima un tanto espeso. Y a pocas horas de la revancha contra los paulistas, se produjo el antes y después.
Transcurrió apenas una semana entre el anuncio de su permanencia en el club hasta fin de año con una mejora salarial y la fuerte discusión que mantuvo con los líderes del Consejo de Fútbol en el hotel de concentración el día anterior a disputar el desquite en la Bombonera frente al Timao. En pugna estuvieron los premios por los hipotéticos avances en cada una de las fases de la Libertadores y alguna deuda pendiente por los títulos conseguidos en el último tiempo. Evidentemente la relación entre referentes del plantel y directivos venía resquebrajada hacía tiempo, porque los futbolistas hasta amagaron con no concentrarse a 24 horas de saltar al campo contra Corinthians.
El Xeneize mereció mejor suerte en la serie, pero la fatídica noche de Pipa Benedetto lo alejó definitivamente del sueño de levantar la Séptima Copa. Y tras el cimbronazo en Brandsen 805, las bombas comenzaron a detonarse de a una: la filosa conferencia de prensa de Sebastián Battaglia en la que cuestionó la falta de refuerzos, su inmediata despedida en una estación de servicio, la designación de Hugo Ibarra como nuevo entrenador y la marginación de Izquierdoz del equipo titular. En la voz de Jorge Bermúdez aludieron a una acuestión deportiva; el gesto de Marcos Rojo al dedicarle su gol con la cinta de capitán en mano alimentó el rumor de su “limpieza” por el cruce reciente por los premios.
El ciclo de Izquierdoz en Boca parece estar terminado. Quedarse hasta fin de año significaría estirar una agonía: transitaría una suplencia que daría pie a la desvalorización de su paso por el club teniendo en cuenta que Ibarra manifestó públicamente que Carlos Zambrano está por delante suyo. El defensor que cumplirá 34 años en noviembre tiene dos hijos nacidos en México y guarda un afecto recíproco con Santos Laguna, que ya estaría en tratativas para contratarlo. A pesar de que desde Lanús lo sondearon, el destino de Cali estaría en tierra azteca.