Tras el parate por la fecha FIFA, el equipo dirigido por Diego Martínez y el de Rubén Darío Insua se enfrentan este sábado en La Bombonera en un partido crucial.
El que triunfe se mantendrá en la pelea, mientras que el perdedor quedará rezagado, aunque Boca aún debe disputar su encuentro frente a Estudiantes y San Lorenzo conservaría una mínima chance de clasificar. El empate no favorece a ninguno de los dos.
Un clásico con historia
Más allá de las controversias, la rivalidad entre Boca y San Lorenzo es centenaria y cada encuentro se siente de manera especial. Según las estadísticas, Boca y San Lorenzo se han enfrentado en 211 ocasiones, con 76 victorias para el Xeneize y 83 para el Ciclón. Boca tuvo la delantera hasta la década del 40, cuando San Lorenzo consolidó su supremacía. En los años 70, 80 y 90, Boca logró reducir esa ventaja, pero San Lorenzo la recuperó en los 2000. Además, El Cuervo es uno de los cuatro equipos argentinos que tiene saldo positivo en los enfrentamientos contra Boca, y el único de Buenos Aires. Los otros son Gimnasia, San Martín e Independiente Rivadavia de Mendoza.
A falta de tres jornadas, el Boca de Martínez buscará ubicarse por primera vez entre los cuatro primeros de su grupo. A pesar de haber empatado tres de sus primeros cinco duelos, solo ha perdido dos partidos y acumula tres victorias consecutivas como local: contra Central Córdoba, Belgrano y Racing. Si gana, cerrará la fecha en puestos de playoffs, a menos que Newell’s venza a Sarmiento de Junín el domingo.
Tan importante es este clásico para ambos equipos que tanto Martínez como Insua pondrán en la cancha el mejor equipo posible, a pesar de que el próximo miércoles comienzan sus respectivas travesías en los torneos internacionales. Boca visitará a Nacional Potosí (a 4.090 metros de altura) en su debut en la Sudamericana, mientras que San Lorenzo iniciará su participación en la Libertadores contra Palmeiras de Brasil en el Nuevo Gasómetro. El Ciclón también ha ido mejorando progresivamente, con dos victorias consecutivas en casa sobre Sarmiento y Godoy Cruz, lo que lo deja cerca de los puestos de clasificación. Acosado por los malos resultados, Insua dejó atrás la línea de cinco defensores que generó tanta controversia en el mundo cuervo, y el 4-4-2 ha dado paso a un San Lorenzo más ordenado y con mayor vocación ofensiva.
El enfrentamiento de estilos entre Diego Martínez y Rubén Insua será otro de los atractivos de este Boca-San Lorenzo. El entrenador de Boca forma parte de la nueva generación de técnicos, más inclinados hacia la salida limpia desde atrás, la proyección de los laterales, el juego rápido en el medio campo y la presión organizada sobre el campo rival. Insua, por su parte, es más metódico y equilibrado, y ha prometido salir «a ganar» contra Boca para no perderles pisada a los líderes. Hasta ahora, los únicos enfrentamientos entre ellos han terminado en empate 1 a 1, con la particularidad de que siempre ha sido el equipo de Martínez el primero en marcar, primero contra Tigre y luego contra Huracán.
«La verdad es que no estaba al tanto de ese dato», dijo Insua, «lo importante es que será un clásico trascendental, con mucha gente en el estadio. El único resultado que nos sirve es ganar, y generalmente gana el que juega mejor». «Yo sí recuerdo esos partidos…», respondió Martínez, con cierto pesar. «Yo también, pero no quise decirlo. Contra Huracán se tiraban al suelo, perdían tiempo. El arquero se dejaba caer, los defensores…», replicó en tono jocoso el Gallego, ante la incómoda sonrisa de Martínez. Un intercambio que continuará esta tarde, pero esta vez en el campo de juego.
