Boca se impuso a Rácing y es semifinalista de la Libertadores por tercer año consecutivo

Boca logró dar vuelta la historia ante Racing y por tercer año consecutivo estará, junto con River, en las semifinales de la Copa Libertadores de América

Además, será la cuarta vez que los dos clubes más importantes del fútbol argentino estén entre los cuatro mejores del continente.

En semifinales mano a mano, la primera vez fue en 2004, cuando Boca logró acceder a una nueva final. Después, en 2018, con una situación similar a la actual: del otro lado habrá clubes brasileños. Entonces, como hace dos años, también puede haber una final argentina, aunque esta vez será a partido único. En tanto, el año pasado fue River el que eliminó a Boca y se metió en una nueva final.

Los penales definieron la primera semifinal de Copa entre Boca y River en 2004. En el encuentro de día, en la Bombonera, fue 1-0 para el local con gol de Rolando Schiavi. En la revancha, el 17 de junio en el Monumental, hubo de todo en el final. Gol y expulsión de Carlos Tevez, agónico triunfo 2-1 con un cabezazo de Cristian Nasuti y la definición desde los 12 pases, ya que por aquellos años no desempataba el gol de visitante. Se hizo gigante Abbondanzieri y el equipo de Carlos Bianchi accedió a la cuarta final, que perdería con Once Caldas de Colombia.

Las semifinales de hace dos años fueron a pura emoción. El primero que se clasificó finalista fue River, en la agonía del partido ante Gremio en Porto Alegre, el 30 de octubre.

En el Monumental, los brasileños habían ganado 1 a 0. En Brasil, el encuentro estaba 1-1 y el VAR divisó una mano imperceptible de Bressan tras un remate de Ignacio Scocco. Penal. El Pity Martínez convirtió y desató la locura.

Al día siguiente, en San Pablo, Boca tenía que sostener el 2-0 logrado en la Bombonera una semana antes ante Palmeiras. Fue un 2-2 sin demasiados sobresaltos. Abrió el marcador Wanchope Abila, igualó Luan y después aumentó Gustavo Gómez de penal para el local cuando iban 15 del segundo tiempo. Nueve minutos después, llegó el grito de Darío Benedetto para asegurar la clasificación. La primera final superclásica de la historia de la Libertadores estaba en camino.

La edición pasada de la Libertadores llegó con una novedad: final única, que se jugó en Lima, Perú. Después de superar la fase de grupos y el armado de octavos, Boca y River se encontraron en semifinales. Esta vez se impuso River, que ganó 2-0 la ida con goles de Rafael Borré y Nacho Fernández, y en la revancha en la Bombonera le alcanzó, pese a perder 1-0 con gol de Jan Hurtado, para ser otra vez finalista. Como Boca en 2004, River no pudo ser campeón.

Está claro que en esta edición puede haber final argentina. Pero también brasileña. O uno de cada país. Son las tres alternativas para el 30 de enero en el Maracaná. Ahora, en tiempos de semifinales, argentinos y brasileños se enfrentarán por décima vez. El balance en estas instancias es 5-4 a favor de los vecinos.

La primera semifinal, en 1964, Independiente se la ganó al Santos de Pelé con triunfos en la ida (3-2) y vuelta (2-1). Recién en 1998 hubo una nueva semifinal y Vasco da Gama eliminó a River. En 1999, el Millonario fue eliminado por Palmeiras, al que superó en 2001 por penales. En 2005, otra vez River no pudo con San Pablo, y en 2008, Boca cayó con Fluminense. Tampoco Newell’s pudo con Atlético Mineiro en 2013. La historia cambió en 2018: River pasó a Gremio y Boca a Palmeiras. Ahora los rivales a vencer serán Santos y Palmeiras.

JUSTA VICTORIA ANTE LA ACADEMIA

Festeja Boca. Se abrazan los jugadores en la inmensidad de la Bombonera vacía de gente, pero cargada de adrenalina sobre el verde césped. Una vez más es semifinalista de la Copa Libertadores. Con carácter, ese que se le reclamó en el duelo de ida. Y con fútbol, fundamentalmente. Con el Pulpo González como un acierto en la mitad de la cancha. Con Carlos Tevez lúcido como mediapunta. Con Sebastián Villa desequilibrante. Con Frank Fabra punzante. Con Eduardo Salvio volviendo al gol y clave en la jugada que definió el partido. Su rival será Santos, que no es aquel de Pelé, claro, pero habrá que respetar. Eso sí, al choque con los brasileños llegará con este impulso ganador que alimenta el sueño de la séptima.

Racing fue una sombra decadente. Nunca antes tuvo un escenario tan favorable. Venía con un triunfo y la valla invicta. Necesitaba un gol para llegar a una instancia que no alcanzaba desde 1997. Pero pateó una sola vez al arco y fue superado en todas las líneas. No tuvo actitud. ¡Sólo cometió 5 faltas! Sebastián Beccacece agitó la previa haciendo foco en el arbitraje y perdió el mano a mano táctico con Miguel Angel Russo.

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