El Cervecero fue una prueba muy dura, pero finalmente fue vencido por 3-2: el partido se detuvo por 17 minutos debido a que hinchas de Quilmes arrojaron proyectiles y rompieron el vallado en el Malvinas Argentinas de Mendoza.
Por: Santiago Bauzá
Era un partidazo. Boca y Quilmes estaban protagonizando un duelo de ida y vuelta, con oportunidades para ambos que no hacían notar la diferencia de categoría, hasta que la violencia detuvo el partido y manchó el clima futbolístico en Mendoza. Hinchas en la popular del Cervecero comenzaron a arrojar piedras, butacas y otros proyectiles, primero hacia la platea Xeneize y luego hacia el campo de juego, impactando incluso sobre la cabeza del jefe de seguridad de su propio club.
Tras 17 minutos de interrupción, los violentos fueron contenidos y el partido se reanudó: fue victoria del club de la Ribera por 3-2, y clasificación a las semifinales de la Copa Argentina. Darío Benedetto y los juveniles Gonzalo Morales y Luca Langoni anotaron para Boca, mientras que Julián Bonetto había puesto en ventaja muy temprano al Cervecero y Mariano Pavone descontó para el resultado final, justo antes de que se desate la riña.
El rival del ganador será Patronato, que sorprendió a River eliminándolo por penales y evitó la posibilidad de un Superclásico en la siguiente instancia.